Tocado y hundido. Todos los logroñeses que hayan pasado por la Plaza del Mercado estos últimos días habrán podido ver un gran cartel colgado en el balcón del pub El Submarino.
Los propietarios denuncian que “por una antigua denuncia van a cerrar el local, el único bar de ambiente ‘LGTBI friendly’ de La Rioja. Ahora más que nunca necesitamos vuestra ayuda y apoyo, por todos los años que llevamos disfrutando juntos y por los que queremos seguir disfrutando a vuestro lado”.
“Cuatro años peleando”
Todo se remonta a febrero de 2015, cuando cursó una denuncia por exceso de ruidos contra el bar “de forma irregular”, tal y como defiende el abogado del propietario del local. “La medición que se llevó a cabo en ese momento excedió en unas décimas los decibelios permitidos pero, en el mismo momento de la comprobación, el sonómetro y la PDA se quedaron sin batería”, por lo que sus propietarios entienden que la prueba debería quedar invalidada.
Los resultados de la medición no se entregaron al propietario del bar hasta dos días después. Con motivo de estas irregularidades “decidimos recurrir administrativamente, y después, en lo contencioso administrativo, ya que el Ayuntamiento dejó caducar el primer recurso”.
Todo esto alargó el procedimiento hasta que hace dos años “nos plantamos con la vía jurisdiccional, recurso que perdimos. Pero gracias a esta nueva decisión, descubrimos que el Ayuntamiento, en el expediente, presentó una copia del acta de denuncia que no se correspondía con los datos que nos habían facilitado a nosotros”.
A partir de ese momento, el Consistorio, que cuenta con competencias para realizar una segunda inspección, decidió hacer otra visita para comprobar los niveles y, según los resultados, ordenar que se eleve el nivel de aislamiento sonoro aéreo.
Ya en 2018 “solicitamos acceder al expediente de forma presencial para poder comprobar los originales que constan en el administrativo y es ahí cuando comprobamos que no existe el original del acta de denuncia. Algo que nos hace sospechar”, destacan los portavoces del local.
Tras este descubrimiento, lo pusieron en conocimiento del instructor del expediente “y nos reconoció que el original no está”. “Admite que llegó a entrar en el Ayuntamiento, que la policía lo entregó mediante oficio en febrero de 2015, pero que desapareció”, subraya el letrado a NueveCuatroUno.
Una vez sabido esto, “iniciamos otro tipo de recursos para intentar que se declare nulo el procedimiento, pero aun así no nos dan la razón, así que aconsejé a mi cliente interponer una querella criminal por delito de infidelidad en la custodia de documento público contra el instructor y los responsables de custodiar el documento”.
Pancarta colgada sobre la fachada del establecimiento.
Próximo cierre del local
Todas estas idas y venidas desembocan en la clausura cautelar del local el próximo día 26, hasta que “se eleve el nivel de aislamiento acústico, algo casi imposible en construcciones antiguas como en la que se asienta el Submarino”.
Todas las esperanzas están depositadas en la vía penal ya que, “si se demuestra que ese documento se está ocultando, o se ha sustraído, o destruido, se eliminaría el procedimiento y se declararía nulo”, mantienen los responsables del establecimiento.
