Este lunes toca a su fin el último gran puente turístico del año. El mismo en el que otras localidades han colapsado ante la afluencia de turistas y que, solo por las carreteras riojanas, ha asistido al desplazamiento de 95.000 vehículos. En cambio, en la región ha vuelto a suceder que la totalidad oferta turística diseñada para estas navidades no ha llegado a tiempo y los visitantes se han tenido que conformar -en el mejor de los casos- con una pequeña muestra de lo que llegará en las próximas fechas.
En Logroño, sin ir más lejos, los turistas han podido pasear por el mercado navideño inaugurado el pasado jueves, cuando se produjo también el encendido de la segunda fase del alumbrado. En cambio, el elemento más identitario de la Navidad logroñesa, el belén monumental de la Plaza del Ayuntamiento, todavía se encuentra en fase de montaje y no será hasta el día 18 cuando se inaugure. Una fecha hasta la que también habrá que esperar para visitar la gran bola monumental que completará el alumbrado de la capital riojana.
Lejos de la capital, para colmo, las condiciones meteorológicas han impedido la práctica del esquí en Valdezcaray, pero la única estación de la comunidad tampoco ha abierto sus puertas al uso turístico, como era habitual en años anteriores.
A buen seguro, la región no puede competir en espectacularidad con otras comunidades que sí se han desfondado para atraer al máximo número de visitantes posible. No obstante, sí es posible competir con ellas para que la oferta más modesta esté totalmente operativa al llegar el puente de diciembre. Máxime, cuando todos los indicadores alertan sobre el descenso paulatino en el número de turistas en La Rioja.
P.D. El Centro de la Cultura del Rioja (CCR) en Logroño ni está ni se le espera.
