La Rioja

Tiempo, ganas e ilusión, los ingredientes imprescindibles de un buen voluntario

El área que abarca el voluntariado es significativamente amplio y diverso. Se pueden llevar a cabo programas de prevención, o asistencia directa a los colectivos desfavorecidos, además de programas de apoyo a las tareas administrativas de las organizaciones.

Las formas de colaboración son infinitas. No hay una única forma de ser voluntariado. Cada persona que elige esta actividad se mueve por estímulos diferentes, o persigue objetivos diferentes, aunque lo que les une a todos son los términos de responsabilidad, constancia y motivación.

Para celebra el Día Internacional del Voluntariado, NueveCuatroUno se ha acercado a varias entidades que conforman el tejido de la Federación Riojana de Voluntariado social para conocer de cerca el trabajo de alguno de esos “héroes” que, con su trabajo, aportan su granito de arena a la sociedad.

Belén Ortego, Asociación Pro Infancia Riojana (APIR)

Maestra de Educación Infantil y Primaria durante más de veinte años, tuvo que dejar la profesión que eligió por pura vocación por motivos de salud. “Lo mío viene de siempre. Me encantan los niños y trabajar con ellos es mi vida”.

Belén comenzó a trabajar varios días a la semana en Apir, dando clases de apoyo escolar y llevando a cabo actividades creativas y artísticas con los niños. “Cuando se acercan fechas especiales como Navidad, Halloween, el Día de la Madre… planteamos acciones en las que los niños puedan participar e interactuar involucrándose en ellas”.

Los motivos familiares hicieron que Belén tuviera que trasladarse a Navarra, y aún así, sigue viniendo uno o dos días a la semana a Logroño para desempeñar su labor como voluntaria. “Es una satisfacción personal muy grande, me hace mejor persona y es una manera de hacer un mundo un poco más justo. Estos niños necesitan vivir la infancia lo más agradable posible dadas sus circunstancias de vida”.

Belén confiesa que echa en falta tener más tiempo para dedicárselo a la asociación, así que “aprovecho las horas que vengo”. Se considera una persona muy optimista e “intento aportar mi experiencia y mi visión del mundo, para que los niños entiendan la importancia de ser solidario desde pequeños”.

Ortego señala que “estos niños tienen unas circunstancias de vida muy especiales. Llevan una mochila muy pesada, pero son niños y cuando se dan cuenta de que les escuchas y tienen un lugar donde ir, jugar y contar sus cosas te devuelven el doble de lo que les das. “Es una satisfacción continua”.

José Martínez Ruano, Fundación Pioneros

Jubilado hace un tiempo estuvo cuidando a su padre hasta el final se sus días. “Cuando se murió me di cuenta de que podía echar una mano en alguna asociación que ayudara a personas mayores, así que decidí conocer más de cerca el mundo del voluntariado”.

Al llegar a la Federación su idea era proponerse para cuidar y hacer compañía a personas mayores, pero le dijeron que ese ámbito ya estaba cubierto. “‘¿Sabe hacer alguna cosa más?’ No, les dije. ‘¿A qué se ha dedicado usted?’ He sido profesor casi cuarenta años, respondí. Y ahí cambió todo”.

Llegó a Pioneros hace dos años y desde ese momento trabaja con un grupo de apoyo a jóvenes de Secundaria y Bachillerato reforzando sus conocimientos de matemáticas. “Cuando llegas crees que el que vas a enseñar eres tú pero, que va. Tú lo que haces es aprender. No cosas concretas sino que tes das cuenta de cuáles son las situaciones que se viven en la actualidad y la necesidad que hay en muchas familias. Ves la realidad”.

Pero para José, lo mas importante no son las matemáticas precisamente. “Se habla mucho del informe Pisa. Que si estamos no sé cuántos puntos por debajo de Finlandia, que si estamos mal en matemáticas… . En lo que realmente estamos mal es en que, en la educación española, y lo dice un profesor de la pública durante 40 años, lo que falta es que haya un nivel homogéneo”.

José critica que la enseñanza “muchas veces deja desatendidos a los chicos menos capacitados y desde Pioneros, lo que hacemos, y lo que yo personalmente intento, es que estos jóvenes se den cuenta de que tienen posibilidades de hacer las cosas, que rendirse no es una opción. Las matemáticas son importantes, sí, pero darles más confianza y reforzarles su estima es fundamental”.

Este profesor jubilado lo tiene muy claro: “Si se tiene disposición y tiempo, el voluntariado es una manera espléndida de ayudar a la gente. A veces pensamos que la única forma de ayudar es dar un donativo, pero hay cosas más próximas y, a veces, más importantes”.

Marisa Rioja, Proyecto Hombre

Esta joven psicóloga de 28 años lleva colaborando como voluntaria en Proyecto Hombre dos años. “Cuando conocí la iniciativa me di cuenta de que hacen una labor impresionante, ya no solo tratando las adicciones, sino acompañándoles al médico, a pasear, al cine, a llevar a cabo una vida normal”.

El tema de las adicciones sigue siendo tabú a día de hoy. Es un colectivo que, “por lo que sea no está bien visto y son personas que necesitan mucha mucha ayuda”.

Marisa participa en las actividades de la Comunidad Terapéutica de la asociación y, más concretamente, pasa las noches con los afectados del centro, les acompaña a hacer sus gestiones y comparte parte de su tiempo libre con ellos.

“Es una experiencia que nos enriquece como personas. Conoces otras vidas, otras experiencias y te sientes útil aportando aunque sea un pequeñito grano de arena. Además, la gente joven hace mucha falta en este tipo de actividades. Los usuarios, en muchas ocasiones, necesitan pasar tiempo con personas de su edad con los que comparten temas y gustos”.

Esta psicóloga explica que no hace falta mucho para ser voluntario, “solo tiempo, ganas e ilusión. El resto te lo dan ellos reconociendo tu trabajo y agradeciéndotelo de manera extraordinaria”.

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