A pesar de que 2019 comenzó fuerte en cuanto a las compras de inmuebles, el mes de agosto ha supuesto un punto de inflexión para el mercado, causando así una caída en las intenciones de compra de los riojanos. Las cifras casi se han igualado con los porcentajes de alquiler. Esta opción, sin embargo, sigue siendo considerada por muchos como algo a corto plazo.
Así lo reflejan desde la inmobiliaria Urbanova, donde su gerente, Pilar Rodríguez, explica que en mayo su porcentaje de alquileres alcanzaba el 28 por ciento, mientras que el de compra ascendía al 72. Cinco meses después, en octubre, el alquiler se situaba en el 41,6 por ciento y la compra casi se equiparaba con un 58 por ciento.
Unos datos que concuerdan con los publicados desde el Ministerio de Fomento, donde La Rioja se sitúa como la comunidad autónoma donde más ha bajado el precio de la vivienda libre, un 5,5 por ciento menos, seguida de Asturias (-0,2). Mientras, Baleares (4,8), Navarra (4,6) y Madrid (4,6) son las que muestran un mayor incremento.
“Existe miedo, tanto por la situación política del país como por la económica, ya que anuncian una nueva crisis. Se ha perdido esa alegría que reinaba antes en el mercado”, apunta Rodríguez. Esta paralización del sector también genera una demanda a la baja, por lo que los precios también se estancarán o disminuirán.
A pesar de esa incertidumbre, la gerente de Urbanova recalca que en la mentalidad de los riojanos sigue primando la compra de vivienda frente a la idea de alquilar, que lo ve como un paso previo a la compra. Distinta visión tienen desde la también inmobiliaria riojana Solozábal, donde consideran al alquiler como una “tendencia europeista que se va a extender aquí como algo cada vez más habitual”.
Su fundador, José Antonio Solozábal, así lo manifiesta: “La gente prefiere alquilar por la libertad económica que te ofrece a diferencia de la hipoteca, pero existe un problema evidente y es que hay demasiada demanda para tan poca oferta, sobre todo de clientes jóvenes que no tienen capacidad de compra”. Ocurre con la juventud, quien “prefiere gastar el dinero en un coche o en viajar antes de invertir en una vivienda”.
Lo más demandado
La zona más demandada sigue siendo la arteria logroñesa, pero Cascajos, la Zona Sur y La Cava se suman a ese abanico de ofertas cuyos precios de salida son bien superiores a la media. El Campillo, “el nuevo Logroño”, según Rodríguez, “que va a quedar muy bonito cuando acaben las construcciones”, y Villapatro son otras de las zonas solicitadas.
El gerente de Solozábal asegura que las construcciones construidas en los últimos años “se han vendido muy bien porque había una gran bolsa de demanda acumulada desde la crisis, cuando la gente decidió guardar sus ahorros para tiempos mejores. Antes solo se compraban los pisos en manos de las entidades bancarias”.
Así, mientras el precio medio de alquiler en la Rioja ronda los seis-ocho euros el metro cuadrado, en el caso de la compra de viviendas sin reformar el coste se halla entre los novecientos y mil euros por metro cuadrado. Por su parte, en el caso de viviendas reformadas, los precios pueden alcanzar los 1.600.
Solozábal opina que, a la hora de comprar, “la gente se decanta más por inmuebles de 100.000 o 120.000 euros con tres habitaciones, pero para reformar a su gusto, aunque también están los que quieren algo que esté ya terminado”. En este sentido, el negocio de las reformas ha prosperado en gran medida porque en casi todas las viviendas algo de reforma se hace.
Por su parte, La Rioja en general muestra unos precios en la vivienda notablemente más bajos respecto a sus vecinas del norte (Navarra y País Vasco). “Es un oasis, algo especial, además de ser una ciudad muy cómoda y bonita. Por eso es una buena receptora de inversores que adquieren vivienda a mitad de precio, incluso”, apunta Rodríguez.
