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La mejor deportista riojana ’emigra’ a Bélgica para llegar a punto a Tokio

El camino a la gloria está plagado de obstáculos y la renuncia es algo asumido por los deportistas que se fijan grandes metas en el horizonte. Renunciar a salidas nocturnas, a actividades con la cuadrilla de amigos por tener que entrenar… Incluso, a tener que abandonar el hogar porque las mejores condiciones para entrenar están lejos de casa.

Esa es la experiencia en que se encuentra inmersa Patricia Ortega, considerada como la mejor deportista riojana del momento, que acaba de instalarse en Bélgica. Lo hace resignada, al no encontrar en La Rioja instalaciones dignas del reto que tiene en el horizonte: los Juegos Olímpicos de Tokio

Al menos durante un año, Ortega permanecerá en Lovaina (a 25 kilómetros de Bruselas), ya que no hay en su comunidad natal una pista homologada en buenas condiciones para entrenar y los atletas se han quejado recurrentemente del lamentable estado de las del Adarraga. “Me dolía irme de mi casa, de mi ciudad y mi comunidad, pero este es un año muy importante a nivel deportivo y el estado de las pistas de Logroño no me iban a permitir prepararlo como es debido”, ha señalado este miércoles en la sintonía de Radio Rioja Cadena SER.

En SER Deportivos, la atleta riojana ha valorado que “ya que me veía obligada a desplazarme cada día para entrenar, decidí apostar del todo e irme a un lugar donde creo que me van a dar las mejores condiciones para optar a clasificarme a los grandes campeonatos”.

La dura decisión que ha tomado Patricia Ortega tiene una lectura negativa, la ausencia de pistas de primer nivel en La Rioja, pero también otra positiva. Y es que ha podido recalar en Bélgica gracias a una de las becas con las que Logroño Deporte apoya a las mujeres con una evidente proyección deportiva. “Si no hubiera sido por esta beca seguramente me hubiera ido a otro lugar de España”, asegura, recalcando que “me cuesta estar lejos de casa y he tenido que renunciar al trabajo, pero es el momento adecuado para arriesgarme e intentar llegar con 26 años a los Juegos Olímpicos en las mejores condiciones”.

Ahora solo queda esperar a que este trance tenga el próximo verano la recompensa esperada y que un buen papel en Tokio 2020 convierta la experiencia belga de Patricia Ortega en una experiencia exótica y necesaria que nunca olvidará.

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