El ‘superagente’ calagurritano Juantxo García sigue con su reto solidario. El riojabajeño acabará corriendo siete medias maratones (Logroño, Burgos, Bilbao, San Juan de Luz, Pamplona, San Sebastián y Vitoria). En todas las pruebas saldrá desde la última posición y tratará de adelantar al máximo de participantes posibles para recaudar dinero frente al cáncer. El pasado sábado corrió en Bilbao. Salieron 13.000 personas (casi 5.000 en su distancia) pero él esperó, acompañado de David Martínez (Logroño Triatlón), Valentín Lázaro (Beer Runners) y Sebastián Andrés (Rioja Triatlon).
Juantxo y sus tres escuderos se quedaron solos frente al majestuoso San Mamés. Se hizo el silencio y el ‘speaker’ anunció su nombre, su región y su chaladura, como él la define. Había corrido tres veces anteriormente esta carrera, pero esto no tiene que ver nada. Esperó unos segundos y de pronto, un muro de miles de cabezas le impiden avanzar. Empieza a zigzaguear, a ir de lado a lado de la calle, a subirse en la acera. A veces andando, otras veces a sprint, una auténtica locura.
“Sabía que lo iba a pagar, que esos cambios de ritmo no me iban a venir nada bien a partir del kilómetro once. Encima llueve, tengo miedo a resbalarme y hacerme un esguince en cada paso de peatones”, narra el protagonista. Por momentos quiso calmarse, pero la cabra siempre acaba tirando al monte: “¡Qué coño, tira todo lo que puedas!”. Todo lo que adelanta ahora, se lo quita luego. Cada 30 segundos cambiando de estrategia. Sacrificio máximo bajo el aguacero.
“De vez en cuando desde la acera oyes tu nombre, el de tu ciudad, diriges tu mirada pero apenas puedes adivinar de dónde viene ese grito. David y Valen me abren paso como si fueran un ariete”, rememora. Debe sacar motivación de donde ya no la hay. “Estoy” era la consigna de Juantxo si podía seguir a sus compañeros. De lo contrario, un contundente “Noooo” era la respuesta. Regulando su esfuerzo, el calagurritano sobrepasó a 1.458 corredores en Bilbao.
Sin presión pero volcados por la solidaridad
Juantxo se atreve a marcarse un objetivo de adelantamientos: “Vamos más o menos sobre lo previsto. En Bilbao quería adelantar a unas mil personas, han sido algunas más; en Logroño a 250-300, pero hubo menos participación que otros años… La expectativa que me creé es de unas 5.000, pero depende de la participación que haya en las carreras y de cómo esté yo. Noto el cansancio y ya no estoy pudiendo hacer los ritmos con los que empecé”.
Sin embargo, no quiere ponerse presión por un objetivo de recaudación: “No tenemos un objetivo concreto de dinero, la cantidad la diremos al final, porque es una cosa personal de cada empresa. Cada una aportará lo que pueda y será diferente en cada caso”. En ese sentido, quiere agradecer el apoyo de las organizaciones, empresas y pruebas deportivas que han querido echarle un cable con esta iniciativa.
“Sufrimos, nos reímos, nos mojamos, pasamos frío; pero nos miramos a la cara en meta y vimos que ellas (las mujeres con cáncer de mama) se merecían eso y mucho más”. La próxima parada será en San Juan de Luz; una carrera de 23 kilómetros entre la localidad vascofrancesa y Hondarribia. Nueva oportunidad para seguir ayudando a luchar contra una lacra.
