El ciclista riojano Arturo Grávalos (2 de marzo de 1998) es una joven promesa del mundo ciclista que lucha por convertirse en profesional. Su temporada estaba siendo muy buena y lo demostró en los Campeonatos de España sub-23. Segundo en ruta y sexto en su lucha frente al crono. Pero todo se torció. El pasado 22 de julio viajaba como acompañante en un vehículo, el conductor perdió el control y el coche acabó fuera de la carretera. Grávalos tuvo lesiones fuertes en la mano y fue intervenido quirúrgicamente; primero en el Hospital Fundación de Calahorra y después en Zaragoza.
Tres meses después de aquel percance, el ciclista afincado en Cervera del Río Alhama quiere pasar página y ya ha comenzado a montar en bicicleta con buenas sensaciones: “Tenía la duda de si podía coger bien el manillar en algún bache o un cambio de rasante, pero no me ha dolido nada”. Una vuelta a su pasión que no ha sido nada fácil: “Estuve las dos primeras semanas ingresado, me dieron el alta y luego otro mes y medio hasta que me dejaron empezar con la rehabilitación. Llevo un mes haciéndola y por fin he cogido la bici”.
Al integrante del Kometa Cycling Team (el equipo de Alberto Contador, al que llegó en febrero), todavía le duele haber sufrido aquella caída: “Estaba en el Campeonato de España, donde estaba ya en la mejor forma. Me encontraba muy fuerte y entonces, plash…”. El deporte tiene estas cosas: “Se me dan mejor las vueltas de varios días, porque me voy encontrando mejor. No sé si podría haber corrido algo más grande, probablemente sí”.
Arturo se encuentra muy a gusto en el equipo: “El hermano de Contador (Fran), está muy pendiente de nosotros. Estoy muy agradecido, siempre se preocupa por mí y cuando tuve el accidente me dio mucha tranquilidad. Me dijo que me recuperaría bien, que seguiría en el equipo y que no pasaría nada”. Acaba de volver a entrenar, pero ya mira hacia adelante: “Este es mi último año de la categoría amateur, si no ya pasaría a élite. Tengo que demostrar que estoy incluso a mejor nivel del que estaba en el Campeonato de España (antes del accidente)”.
Un ciclista polivalente
A sus veintiuna primaveras, se muestra como un ciclista polivalente: “Voy bien en el llano, subiendo, contra el crono… todo lo que no sea esprintar. Hay que estar un poco loco para meterse ahí”, ríe. La estrategia y la mentalidad son fundamentales en el ciclismo y él lo sabe: “Leo muy bien las carreras, sé cuando se van a hacer las fugas buenas o cuando se decidirá la carrera. Creo que de cabeza soy muy fuerte, cuando las condiciones son muy extremas (frío, lluvia, calor…), es cuando doy mi máximo rendimiento”.
Tampoco desdeña las clásicas y pudo brillar en una etapa de ‘sterrato’ (tramos de tierra) en una etapa del Giro de Italia : “Quedé entre los veinte primeros”. Talento e ilusión a raudales; sin olvidar nunca el trabajo: “Cervera es una zona muy tranquila y hay muchos puertos de veinte minutos, media hora de esfuerzo, voy mucho hacia el Moncayo. Suelen venir muchos ciclistas de Tudela o de Logroño, ¡hay que estar loco para venir 80 kilómetros!”.
Su próxima temporada empieza en enero y, hasta entonces, toca trabajar duro (andar, nadar, bici de montaña, carretera…). “Lo primero que quiero es conseguir vivir de ello. Si después pudiera correr el Tour de Francia y disputar una etapa o incluso la general, sería mi sueño”, explica. Ansía seguir el camino de sus ídolos (Alberto Contador, Fabian Cancellara y Bradley Wiggins).
Y es que de la zona más deprimida de La Rioja también pueden salir historias de éxito. Todo desde la base: “Empecé con el triatlón en Zaragoza, me mudé desde Cervera porque falleció mi madre”. En la capital maña hizo sesiones de entrenamiento con amigos ciclistas. Ellos fueron quienes le animaron a probarlo únicamente sobre dos ruedas: “Me decían que iba bien, probé en juvenil y ahí me decidí por ello”. ¿De la ‘capital de la alpargata’ al estrellato?
