La Rioja

“La vivienda es un factor fundamental en los problemas de exclusión social y pobreza”

José Antonio Meléndez: “La vivienda es un factor fundamental en la exclusión social y la pobreza”

José Antonio Meléndez lleva como coordinador de Cáritas La Rioja desde septiembre de 2014, pero fue en 2008 cuando comenzó en la institución con un proyecto novedoso: trabajar por integrar a personas recién salidas de prisión.

La labor de Cáritas La Rioja es ejercida cada vez por voluntarios más mayores y las donaciones que reciben van menguando. Sin embargo, Meléndez sigue teniendo muy presente qué es lo que le sedujo de su trabajo: “Descubres a personas con un enorme potencial, a las que apoyábamos para sacar todo lo bueno que hay en ellas para que vuelvan a ser parte de la sociedad”.

“Poner en el centro a la persona”. Eso es lo más importante para el coordinador, quien tiene algo muy claro: “Te encuentras personas a las que tienes que dar, pero que también te hacen recibir. Y yo he recibido infinitamente más”. Meléndez habla con NueveCuatroUno de la situación de Cáritas La Rioja y de las principales necesidades de las personas que a ella acuden.

– ¿Cómo ha variado desde 2014, año en el que comenzó a trabajar, la situación de Cáritas La Rioja?

– Estábamos inmersos en el momento más álgido de la crisis económica. Posteriormente, han ido disminuyendo los datos sobre el número de personas a las que hemos ido atendiendo. Sin embargo, esta época ha sido un tiempo de alta solidaridad por parte de la sociedad. El Fondo de la Solidaridad, que comenzó en 2009, tuvo un repunte alto, prueba de la solidaridad riojana con las personas a las que atendíamos.

– En cuanto a este Fondo de la Solidaridad, en 2018 pudo repartir un total de 122.562 euros entre las personas más vulnerables. ¿Ha aumentado o disminuido la cifra respecto a años anteriores?

– El Fondo de Solidaridad ha ido bajando respecto a años anteriores e incluso menguado el número de personas a las que enviamos la ayuda. En los años anteriores a 2018, enviamos dinero en torno a 45 personas al año y posteriormente hemos bajado la cifra a 25 anualmente. Uno de los elementos que ha provocado esto ha sido la puesta en marcha de la Renta de Ciudadanía, sobre todo con un cambio de ley que hubo del IMI (Ingreso Mínimo de Inserción) de los tiempos de demora.

Lo que sí percibimos es que hay una diferencia en las ayudas de emergencia, de necesidades básicas, entre Logroño y el resto de la comunidad autónoma: en la capital ha habido un aumento en este tipo de ayudas, pero en el resto de la región no hay esas ayudas y hay personas del mundo rural que acuden a nuestro Fondo de Solidaridad.

– La cifra de 122.562 euros ha sido solo en el Fondo de Solidaridad. En total, en ayudas directas, se ha logrado repartir un total de 253.201 euros. ¿Se ha dado también aquí este fenómeno de disminución?

– El resto de ayudas que van a cubrir necesidades básicas (alrededor de 130.000 euros) también han bajado menos en un apartado: el del pago de alquileres, que ha aumentado significativamente. Este año hemos pagado un treinta por ciento más y hemos aportado un total de 47.295 euros, casi la tercera parte de lo que hemos invertido. Esto lo dice el informe FOESA. Más que el desempleo, la vivienda es un factor fundamental en los problemas de exclusión social y pobreza. Por eso desde aquí apelamos a que las políticas públicas y sociales vayan dirigidas a que se haga realidad el derecho a la vivienda, con políticas de alquileres sociales y de arrendamientos especiales.

– Respecto al informe FOESA que ha mencionado, habéis señalado en él que “las personas que están en riesgo de exclusión severa ha sufrido un enquistamiento. ¿A qué cree que se debe?

– El crecimiento económico ha vuelto a incidir en que las clases medias, que son las que habían ido a peor, vuelvan a recuperar el empleo. Sin embargo, las personas que antes de la crisis estaban en situación de precariedad, una vez que ha pasado la crisis, se han quedado ahí y no han recogido los beneficios de la salida de la crisis. Esto es porque son grandes olvidados de las políticas públicas: necesitan unas políticas de vivienda dirigidas a ellos, eficaces, promoción, ayuda al estudio o bienestar que brillan por su ausencia. Necesitan una política que de verdad les ponga en el centro y no una en la que caen unas migajas de dinero mal invertido.

– ¿La situación de vulnerabilidad de las familias es mayor en las zonas rurales que en la capital?

– No. Sí que es verdad que en las zonas rurales hay menos entidades, recursos o los Ayuntamientos tienen menos medios económicos para afrontar los problemas y es ahí donde nosotros intervenimos.

– En su memoria han señalado que un 66 por ciento de personas atendidas en 2018 han sido mujeres, ¿a qué problemas tienen que hacer frente el género femenino?

– Lo que observamos en que son las mujeres las que, dentro de la familia, son las que se acercan como portavoz de esta a Cáritas. No es que lleguen solas, aunque también existe un porcentaje. También observamos que las mujeres tienen una disponibilidad diferente a la hora de participar. Quizá los hombres se dedican más a buscar recursos por la vía del empleo y son ellas las que acuden a Cáritas a pedir ayuda.

– También en el informe FOESA señaláis que “la sociedad que vive en una situación acomodada muestra cierta fatiga a la solidaridad” ¿Cáritas La Rioja va a llevar a cabo labores de sensibilización?

– Sí, de hecho en nuestra memoria hemos dado mucha importancia a la sensibilización de la sociedad, a que no bajen la guardia. Respecto al dinero que hemos ido recibido a través de donativos o colectas, en la época de crisis la sociedad riojana ha reaccionado muy bien, es solidaria. Ahora hay una cierta fatiga porque la gente realiza un esfuerzo y mantenerlo durante un tiempo prolongado es difícil.

En esto influye también la sensación del mal uso de los recursos, la corrupción política no ayuda precisamente a que la gente que haga esfuerzos económicos cuando ve que los dineros que aporta se escapan por otros lados. Hay también una cultura de la competitividad y el individualismo que hace que las personas nos vayamos olvidando de los demás y nos centremos en sacar nuestras propias castañas del fuego. Por supuesto, nosotros entendemos que hay que seguir sensibilizando y que a la gente vaya pensando en una clave más comunitaria y no tan individualista.

– En 2018, Cáritas La Rioja estuvo a punto de cerrar con un déficit de 400.000 euros que consiguieron reunir por donaciones de herencias. ¿En qué situación se encuentra ahora?

– Nuestro interés siempre ha sido trabajar con nuestros propios recursos y medios, ser independientes, tener margen de maniobra y poder hacer con libertad aquello en lo que nosotros creemos. De la relación con las instituciones, tener una labor de incidencia y de denuncia. Por eso lo que creemos nosotros es que cuantos más socios tengamos mejor, que otorguen pequeñas donaciones que nos permitan ser independientes. El año anterior tuvimos un mayor gasto, pero también fue la llegada de estas herencias cuantiosas lo que nos permitió olvidar un poco el presupuesto y tener un poco de desfase.

Lo que sí hacemos es medir mucho aquello que tenemos, no crear grandes proyectos que se nos vayan de las manos y que supongan un desfase grandísimo entre ingresos y gastos. Lo que sí es verdad que las donaciones de los socios, que son ingresos ordinarios, han bajado de una manera muy grande por lo que queremos hacer un llamamiento a la sociedad para que nos apoye. Al fin y al cabo una herencia es algo que llega en un momento puntual. Tampoco queremos una Cáritas que sobreviva a base de subvenciones y dejándonos marcar mucho el camino a realizar en nuestra intervención.

– ¿Con cuántos socios cuenta Cáritas actualmente? 

– 639. Son personas que llevan siendo socios durante mucho tiempo y que ya son personas mayores. Hay gente que piensa que ser socio y donar una pequeña cantidad no sirve de nada, pero sirve y mucho.

– ¿Y con cuántos voluntarios? 

-875. Es un voluntariado que, de verdad, es el alma de Cáritas. Siempre decimos que sin su esfuerzo, dedicación, compromiso y cercanía a realidad de la pobreza Cáritas no podría realizar su labor.

-¿Qué perfil muestra este voluntario de Cáritas La Rioja?

– La mayor parte son mujeres de edad avanzada, de una media de unos 70 años. Esto es porque son personas que llevan muchos años como voluntarios y porque muchas asumen su voluntariado tras la jubilación. Nos gustaría atraer a más gente joven, por lo que estamos realizando, también, labores de sensibilización para voluntariado joven. Este verano vamos a organizar un campo de trabajo en julio donde ya hay apuntados 22 jóvenes. Entendemos, también, que hay todo un potencial de personas mayores que con su sabiduría, su disponibilidad y sus ganas tienen mucho que aportar a nuestra institución.

– Ante el peligro de cierre del que hablaba antes, el día 23 celebráis el Día de La Caridad en el que se recogerá dinero de diferentes parroquias. ¿Hay un mínimo a alcanzar?

-No. El Día de la Caridad está ligado al día del Corpus, tiene más sentido a nivel social. No nos ponemos un objetivo en cuanto a la donación, entendemos que nuestra labor es sensibilizar, que la gente vea nuestro trabajo y que entienda que necesita de medios y de recursos y ya está en su mano aportar a Cáritas.

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