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El Hércules transforma el sueño de la UD Logroñés en pesadilla

El Hércules trunca las esperanzas blanquirrojas con un empate (0-0) en Las Gaunas

República Argentina era poco antes de las cinco de la tarde la Avenida de los Sueños de Logroño. Tres horas más tarde, se tornaba en el boulevard de los sueños rotos que cantaba Sabina. El Hércules había visitado la ciudad. Un 0-0 de libro en Las Gaunas para truncar todas las esperanzas blanquirrojas de conseguir una remontada. Ha valido el 3-1 cosechado en la ida en el Rico Pérez y el conjunto alicantino avanza hacia la final del playoff de ascenso a Segunda. La escuadra riojana se ahoga a orillas del Ebro con una victoria: despertar la ilusión futbolística de una ciudad.

La confianza en una posible remontada histórica que escribir en los libros del fútbol riojano se ha tornado imposible. Ni en diez años jugando sobre el césped del estadio municipal entre UD Logroñés y Hércules habría habido goles. No era el día. Las fases de ascenso son así. Y no hay que darle más vueltas. Un error te limita. Dos errores te condenan. Y la plantilla de Sergio Rodríguez ha pagado el viaje al Mediterráneo.

En la primera parte, un baño de la UD Logroñés. El partido esperado. El Hércules a la espera de las acometidas blanquirrojas, atascando el centro del campo por aquello de que no le creen peligro, y el conjunto riojano buscando las bandas como si no hubiera un mañana porque no lo había. Vivir o morir. Lo que no encontraba nunca era un rematador. Los había, pero el nudo creado por el técnico Lluis Planagumá con Juanjo Nieto, Adrián, Pablo Íñiguez y Samuel era imposible de desenredar.

Apuntadas en la libreta del plumilla, varias intentonas sin éxito. Todas lejanas. Todas con disparos desde los treinta metros que tenían más fe que acierto y sentido. Un misil de Rubén por aquí, una internada de Ñoño por allá. Y la única ocasión destacable, una pared de Ander Vitoria con Marcos André en la frontal del área que el brasileño se encuentra a los pies de Falcón y desaprovecha por la falta de ángulo. La picadita era buena, pero la portería se hizo demasiado pequeña. Al lateral y a lamentar.

Y tras la reanudación, el mismo guión. El sinsentido de sentirse superior y no demostrarlo en el marcador. Por dos veces estuvo Ander Vitoria cerca de anotar, pero no era el día. Los playoff son así. Qué se le va a hacer. Las más de 10.000 almas congregadas en Las Gaunas lo sabían. No querían verlo, pero lo sabían. Y se resignaban con el paso de los minutos. Ni una intervención extraordinaria del meta visitante, Falcón, deja bien a las claras lo que ha ocurrido sobre el verde.

Ni siquiera en los minutos finales, cuando ya estaba todo perdido, la UD Logroñés ha sido incapaz de inquietar el Hércules. Oficio. Guión de libro. Y a seguir disfrutando de la fase de ascenso. La hinchada blanquirroja tendrá que conformarse con lo vivido este mes. Ha sido bonito mientras ha durado y tendrá que quedarse con ese despertar futbolístico de una ciudad y una región. No queda otra. El resto de análisis, para otro día.

La ‘fiesta’ tras el final

Pese a haber caído, el fondo sur ha querido despedir a sus jugadores como se merecen. Han caído con honores. Lo han dado y sus seguidores lo saben. Cuando no se puede, no se puede y además es imposible. “Esta es tu hinchada que te anima con el alma y la garganta”, retumbaba en Las Gaunas, mostrando el orgullo de una grada hacia una plantilla que ha sentido como una prolongación suya sobre el césped. No es para menos.

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