La guerra está servida. Un grupo de soldados franceses, al mando del general Asparrot, se ha plantado este sábado frente a las murallas del Revellín para exigir la rendición de la ciudad de Logroño y evitar, así, un derramamiento de sangre.
La escalada de violencia verbal ha ido en aumento, con continuos desafíos galos a la milicia logroñesa, que solo ha puesto una condición previa al inevitable enfrentamiento armado: que las mujeres y los niños estuvieran alejados de los mandobles.
La primera contienda ha dejado bajas en ambos bandos. Nueva vía abierta al diálogo: los generales se reúnen pero sus posiciones no se mueven un ápice. Los de Asparrot quieren acceder intramuros y los de Vélez de Guevara no están dispuestos a permitirlo. Así las cosas, la violencia vuelve a saltar a escena, con un nuevo enfrentamiento que supone el final de la primera de estas tres entregas con la que los Héroes del Revellín recrean el asedio a la capital riojana durante las fiestas de San Bernabé.
El segundo acto, en la tarde de este sábado (19.30h). Y como la guerra es imprevisible, si la muerte nos tiene que sorprender, que lo haga con el estómago lleno. De pinchos, por supuesto.
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