Deportes

Ñoño enfría la caldera del Vivero con un gol que pone a Logroño a soñar

El sueño del ascenso está un pasito más cerca para la Unión Deportiva Logroñés. Bien es cierto que queda un mundo, que el destino ni se atisba en el horizonte. Pero el primer paso está dado y se ajusta al guion que todos los que entienden de esto diseñan de antemano.

El conjunto riojano ha vencido este sábado en el Nuevo Vivero, una caldera a las afueras de Badajoz que ha enmudecido en la recta final del partido con el gol de Ñoño cuando peor lo estaban pasando los blanquirrojos. Doce mil gargantas ‘muteadas’ por el oportunismo del extremo gaditano, que a poco más de un cuarto de hora para el ocaso empujaba a la red un tanto que vale su peso en oro. Marcar fuera de casa y no encajar. La introducción soñada para un pase de ronda que deberá culminarse en Las Gaunas.

El dominio en los primeros compases del duelo fue riojano, buscando conectar a campo abierto con la velocidad de Marcos André y Rubén Martínez. Tardó un cuarto de hora el conjunto pacense en sentirse cómodo sobre el césped. Pese a ello, Iván Buigues era un espectador de lujo mientras Rubén Martínez ya probaba a Kike Royo con un zurdazo desde la frontal del área que el meta riojano se sacudió como pudo.

En un primer tiempo de ocasiones a cuentagotas, Rayco tuvo la más clara en el minuto 32, pero dudó sobre cómo definir el pase de Bobadilla que le plantaba solo ante el portero. No se decidió el canario sobre si atacar el balón de puntera o dejarla correr, optó por la segunda opción y Mario Gómez le ganó la posición en la carrera.

Y como no hay dos sin tres, cinco minutos más tarde un robo de Rubén Martínez estuvo a punto de culminar en el primer gol de la tarde. La prolongó para Marcos André, que abrió el cuero a la entrada de Rayco y César Morgado llegó ‘in extremis’ para taponar el disparo del grancanario.

Pareció despertar tímidamente el Badajoz, que respondió con un disparo a la media vuelta de Higón desde el interior del área que acertaron a despejar entre Buigues y Bobadilla. Cuarenta minutos habían tardado los locales en tantear al meta blanquirrojo. La ocasión espoleó a la afición del Vivero, que contagió a su equipo en el tramo final del primer acto.

A dos minutos del descanso tuvo Eder el primer gol para su equipo, al intentar aprovechar una indecisión de Iván Buigues a la salida de un córner. En cambio, el acrobático remate del ariete blanquinegro se marchó por encima del larguero.

Con la misma inercia salió en el segundo tiempo el conjunto local. El Badajoz puso un plus de intensidad y estuvo muy cerquita de romper la igualdad a balón parado. Una falta lateral botada por Petcoff la estampó contra el larguero Morgado de un cabezazo que medio Vivero ya celebraba. Bobadilla se encargó de mandar a córner el rechace y de robarle al atacante blanquinegro el remate franco sobre la línea de gol en la siguiente acción.

No tardó mucho Sergio Rodríguez en buscar soluciones a la avalancha que se le venía encima. Llamó a Olaetxea para sustituir a un Rayco voluntarioso pero ineficaz, buscando la brega del vasco para asegurar una mayor posesión del balón.

El fútbol es de los bajitos

Se sacudió el acoso local la Unión Deportiva Logroñés con otro trallazo de Rubén Martínez que Kike Royo despejó a córner con una palomita digna de póster. Demostró el conjunto blanquirrojo (este sábado, de azul) que incluso estando sometido sabe hacer daño en los metros finales.

Y vaya si sabe hacerlo. En el minuto 73 Ñoño, que apenas llevaba unos minutos sobre el terreno de juego (relevando a Ander Vitoria), enviaba a las mallas un saque de banda de Juan Iglesias que prolongó con la coronilla Andy Rodríguez sacándole los colores a la zaga pacense.

A ocho minutos para el final Kike Royo volvió a ponerse la túnica de salvador para impedir el gol de la sentencia, que pudo haber llegado en una triangulación de manual entre Lander Olaetxea y Marcos André, que no pudo picar el cuero ante la salida del portero.

Tocaba, en cambio, enfundarse el traje de sufridor. Porque el Badajoz no estaba dispuesto a dejar así las cosas. Subió líneas, como era previsible, el equipo de Medhi Nafti. Higón intentó el empate con una volea desde fuera del área que se elevó sobre el travesaño.

En su contra jugaba la escasez de fuerzas de los noventa minutos precedentes, marcados por el acusado calor extremeño. Los tres de añadido corrieron a cámara superlenta para los locales y en un pestañeo para los riojanos, que campeonaron con el pitido final del duelo.

Lenny, esta va por ti.

FICHA TÉCNICA

CD Badajoz: Kike Royo, Tony Abad, Mario Gómez, Morgado, Candelas; Petcoff, Cidoncha; Higón, Francis Ferrón, David Martín (Juanjo, m.73) y Eder.

UD Logroñés: Iván Buigues, Juan Iglesias, Caneda, Bobadilla, Iñaki; Carles Salvador, Andy Rodríguez; Rubén Martínez, Rayco (Olaetxea, m.57), Marcos André (Borja García, m.90) y Ander Vitoria (Ñoño, m.66).

Goles: 0-1, m. 73: Ñoño.

Árbitro: José Luis Guzmán Mansilla (Col. Andaluz). Amonestó a los locales David Martín, Petcoff y Tony Abad; y a los visitantes Ander Vitoria y Bobadilla.

Incidencias: Unos doce mil espectadores en el Nuevo Vivero de Badajoz, con doscientas gargantas blanquirrojas en sus gradas.

Subir