Entrevista

Rituerto: “Nos hemos quedado incómodos para comprar y queremos cambiarlo”

Enrique Rituerto: “Nos hemos quedado incómodos para comprar y queremos cambiarlo”

Enrique Rituerto llegó al mundo en 1959. Y lo hizo, podría decirse, con un mercado bajo el brazo: a los meses, en 1960, se abría el Mercado del Corregidor de Logroño y en él sus padres ocuparon el puesto número 17, Carnicería Rituerto. Hoy el ‘centro comercial’, al que se accede tanto por avenida de La Paz como por Duquesa de La Victoria, está a punto de llegar al sesenta aniversario, y Rituerto ha asumido la presidencia de la reflotada Asociación ‘El Corregidor’, integrada en la FER.

“Mis hermanos tomaron el pecho en el mercado, porque los tiempos eran diferentes. Le traían los niños a mi madre, entraba a la trastienda, les daba de mamar y a seguir trabajando. Otro mundo”, cuenta Rituerto, cuya actividad familiar -con sus hermanos- no solo se limita al puesto del Corregidor sino también tienen Embutidos Alejandro, con su obrador en marcha desde hace 32 años. Pero las cosas han cambiado mucho en estas casi seis décadas de vida y Enrique reconoce que este es un momento clave para el mercado. (Entre tanto aparece una señora mayor, que le saluda con afecto y le recuerda que lleva desde la apertura del mercado como clienta).

– Ahora asume la presidencia y revitalizar la asociación, ¿siente que se necesita un impulso?

– La asociación como tal existe desde hace 35 años, pero ahora la hemos impulsado. La mayoría somos hijos de los que abrieron este mercado. Aquí se ofrece cercanía, productos de la huerta local, ganaderos de la zona y la experiencia de mucha gente… Esperamos que este mercado tenga continuidad. Claro está, cambiando hábitos que tenemos muy consolidados: quitando lo viejo y metiendo lo nuevo.

– ¿En qué se van a traducir esas iniciativas?

– En ámbitos variados: wifi gratuita para los clientes, cursos de cocina, catas, reparto domiciliario… En mayo, por ejemplo, empezamos a ofrecer parking (en el subterráneo del Ayuntamiento) para nuestros clientes; este próximo lunes hay unos cursos de cocina microondas que los van a dar profesionales de Tupper Ware, también habrá de Termomix y empresas de este tipo que puedan ofrecer formación. Vamos a poner ‘aparcaperros’, ‘aparcabicis’.

Además, un par de cocineros ya se nos han ofrecido para hacer un curso de cocina… Queremos también un nutricionista de mercado, que nos mantenga en línea y que nos aconseje en cada momento, dentro de los hábitos saludables, comer productos de temporada que suele ser cuando mejor están y cuando más baratos son. Otro tema que tendremos es recogida de aceites usados, de pilas…

Enrique Rituerto, en la visita institucional de este viernes, junto a las piezas de buey de su puesto.

– ¿Cómo está el mercado en cuanto a números?

– Contamos con 42 puestos, abiertos habrá alrededor de 30, aunque algunos comercios tienen varios puestos, y cerrados estarán unos diez, pero antes del verano se reabrirán tres: una charcutería, un obrador de platos de carne preparada y todo apunta a que también una carnicería. En número de empleados, esta plaza da trabajo a unas 70 personas actualmente; si tuviéramos todo en marcha, hablaríamos de 30 ó 40 personas más.

– ¿Ha pasado lo peor en cuanto a cierres y dinámica del mercado?

– Creo que sí, que ha pasado lo peor porque ahora hay una nueva tendencia en gente joven, de treinta y tantos, que empieza a apreciar la cocina. Quizás a base de tanto cocinero en televisión, tanto programa, etc., y está empezando a buscar modalidades diferentes que ir al supermercado y coger en el lineal paquetes de plástico… Por ejemplo, en mi carnicería tengo buey, una pieza que habrá en muy pocos sitios en Logroño, en un supermercado es casi excepcional. Y hace diez años no me planteaba tener algo así en el mostrador… Lo mismo ocurre en las fruterías que tienen más variedad que antes.

– ¿La crisis ha cambiado entonces El Corregidor para bien?

– Se ha producido un cambio generacional, y ha coincidido dicho cambio con la crisis profunda del modelo de mercados de abastos, pero se han incorporado hijos, gente joven, y por ejemplo en este mercado hay unos cuantos entre 30-40 años. Y entre todos nos hemos dado cuenta de que se necesita ofrecer otras cosas, como el parking. Porque si no los clientes que igual viven a cinco kilómetros no pueden venir aquí a comprar.

Nos hemos ido quedando incómodos para comprar. Igual que nos hemos quedado incómodos con los horarios. Hace cuarenta años que el mercado cerrara a las 14 y abriera a las 17 horas era muy normal, pero hoy en esa franja horaria hay muchísima gente que sale de trabajar y que vendría a comprar si lo tuviera abierto o vendría a recoger el pedido si hubiera un punto de recogida.

– Y en esta línea de adaptación, ¿vais a modificar entonces los horarios?

– Lo estamos estudiando. Igual que lo del punto de recogida. ¿Por qué no le puedes hacer tu pedido a tu carnicero, pescatero o frutero de confianza por WhatsApp, por ejemplo, y luego venir a por él en un punto de recogida de Amazon o de lo que sea? Pues vamos a ver si es posible. Nuestra idea es hacer el mercado, en general, más cercano, más necesario y facilitar más a nuestros clientes el poder venir a comprar.

 

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