Ternera gallega, vino riojano, ‘skyline’ de Logroño, cerveza gallega, pan amasado en el entorno de la capital riojana, franquicia gallega, propietarios riojanos, puerta de entrada por la calle San Agustín, otro acceso por Bretón de los Herreros… Todo en sí es un baile de Galicia a La Rioja y viceversa. Una mezcla bien ensamblada en un local de estilo industrial y vintage.
Y entre tanto, hamburguesas: el plato principal de La Pepita Burger, la última hamburguesería que se ha estrenado en Logroño, esta misma semana. La ‘milla de oro de la hamburguesa’ cada vez está más perfilada.
“Nuestros puntos fuertes son los productos frescos, la cocina a la brasa, las salsas caseras, la carne gallega, el buey con registro de origen de León, menú infantil, hamburguesa de pescado, opciones veganas y sin gluten…”, recalca Pablo, quien junto a Víctor ha puesto en marcha La Pepita logroñesa. Ambos son de La Rioja y hace dos años se fueron a Vigo a montar negocios; ahora, cosas de la vida, vuelven a su tierra a emprender otro negocio, pero esta vez bajo la marca de una franquicia precisamente gallega.
“El servicio está concebido como un restaurante, es una franquicia pequeña, con un modelo que busca también conexión con proveedores locales, como por ejemplo para el tema del pan”, explica Pablo. En total, la firma, que arrancó justo hace ahora siete años, cuenta con 15 locales abiertos, principalmente ubicados por la zona norte de España.
Su aterrizaje oficial en Logroño fue el lunes y están en plena fase de puesta a punto del equipo -siete camareros y siete en cocina-. “De momento no hemos abierto la terraza, pero en breve la tendremos en marcha. Lo mismo que el servicio a domicilio, lo tendremos, pero primero hay que estar bien en sala, para los más de setenta comensales que podemos albergar, y poco a poco ir ampliando opciones -terraza y a domicilio-“, concluye uno de los dos socios del nuevo negocio de hamburguesas en Logroño.
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