Caminar por las aceras no siempre es tarea sencilla: en ocasiones exige habilidad más propia de un circuito de obstáculos que de una vía para peatones. De ello ha sido conocedor ‘El Sereno de NueveCuatroUno’ con un ejemplo real recibido de nuestros amables lectores: el de la calle Capitán Gaona, de Logroño. Y es que los vehículos industriales, cuyo tamaño es superior al de un turismo, para evitar sobresalir en la calzada, se ‘incrustan’ en la acera.
En ocasiones eso llega incluso a dejar imágenes en las que las furgonetas quedan en parte aparcadas sobre el espacio, en teoría, dispuesto para los peatones. Esto provoca, con cierta frecuencia, que ‘El Sereno’ tenga que ir haciendo eslalon, con movimientos de cadera incluidos, al estilo del esquí alpino. Eso si se va atento, porque de no hacerlo, es posible que se llegue a casa con algún golpe a la altura de la espinilla, recordando esos tiempos de niños en los que los cardenales eran tan frecuentes como los bocadillos de chocolate…
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