En La Rioja hay varios productos enmarcados como ‘típicos’: el vino, las verduras, las chuletillas al sarmiento, los fardelejos… Pero habría que comenzar a incluir algún otro que repite más que el ajo y que se indigesta con mayor frecuencia aún. Y entre esos está, como atestigua El Sereno, la doble fila. “Es un producto típico de Logroño: en una ciudad diseñada y gestionada para fomentar la doble fila”, recalca nuestro Sereno.
Una consultoría de movilidad nos propone un juego navideño: prueben a entrar en Google Maps (Street View) y a recorrer calles de Logroño sin encontrar coches estacionados ilegalmente en intersecciones o en doble fila. Gana el que más calles de Logroño consiga recorrer. ¿Ya lo has probado? Como recalca El Sereno, “no se trata de horario escolar, ni es el peor ejemplo que se puede encontrar, en una ciudad acostumbrada a ir en coche a todas partes”.
Pero, ¿y si todo tiene un trasfondo más bien cultural? Es conocido que lo de ir hasta la puerta con el coche es una costumbre muy típica del entorno rural: al bar, a la tienda, al médico… Y, en el fondo, Logroño es un pueblo grande, lleno de gente de pueblo, y al igual que se importan las cosas buenas de ello, como la ‘gente maja’ que se diría en La Rioja, también algún otro aspecto menos positivo… como la doble fila.
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