El espíritu navideño y El Sereno eran hasta la fecha términos antagónicos. No guarda buen recuerdo desde que una niña le pidió un gesto amable y se le desencajó la mandíbula al intentar sonreír. Pero si algo distingue a nuestro vigía perenne es su incuestionable sentido del deber.
Y su buzón se ha llenado estos días de quejas a cuenta del alumbrado navideño en Logroño. O mejor dicho, a cuenta de su ausencia. Hasta el punto de que varios lectores le han transmitido, con cierta guasa, que “si llegamos a saber esto, nos vamos a Vigo, que allí sí que saben montar una fiesta”.
Alumbrado navideño en República Argentina.
No ha sentado muy bien que las luces parezcan haberse instalado a cuentagotas en la capital riojana. Y peor aún que el diseño minimalista tampoco funcione en determinadas zonas, como en el tramo superior de la Gran Vía o en República Argentina. “En Bretón de los Herreros todavía no ha llegado la Navidad, será cosa del cambio climático”, apunta otro denunciante.
También ha habido cierta sorna con la novedad ‘fantasma’ de estas navidades, el “novedoso” árbol monumental “con entrada y salida” en la Gran Vía. Algún que otro fan de ‘La vida moderna’ ha comentado al Sereno que “ahora entendemos por qué se hacía énfasis con que el árbol iluminaría ‘previsiblemente’ las calles de la ciudad”.
A Bretón de los Herreros “no ha llegado la Navidad”.
En definitiva, parece que Logroño ha apostado este año por el minimalismo para alumbrar la capital. Menos es más, dicen. A lo mejor el alumbrado no es ‘lo más’, sino simplemente ‘es el que es’.
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