El otoño ‘tira’ las hojas del calendario en La Rioja convirtiendo las hojas de las viñas en una paleta de colores difícilmente igualable. Un paisaje de postal. Un marco incomparable que hace inevitable sacar la cámara de fotos y darle al click, como hacen los lectores de José Calvo (Meteosojuela), para inmortalizar unas vistas envidiables. El verde pasa al marrón, cruzando todas las tonalidades del amarillo y el naranja.
Una explosión de color. Una atracción visual gratuita que invita a dejarse llevar por las carreteras de la región sin prisa. Sin pausa. La Rioja enamora siempre, pero en otoño todavía más. Un flechazo que no puedes evitar.
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