Era su tercera visita a la enfermería, pero hacía unos cuantos minutos que el brazo de Jokin Altuna no daba para más. Una rotura fibrilar en su bíceps izquierdo impedía al de Amezketa continuar en el partido, con el 9-14 brillando en el electrónico a favor de Ezkurdia e Imaz.
Hasta el 7-9, cuando el delantero colorado abandonaba por primera vez la cancha del Adarraga (otra fenomenal entrada en el frontón logroñés), el partido, sin ser brillante, mostraba alternativas en el marcador y puntos disputados, sobre todo en los cuadros delanteros. Altuna buscaba el ancho y las dos paredes para castigar los riñones de Joseba Ezkurdia, mientras Imaz y Aretxabaleta saldaban a pelotazos su duelo particular.
ARETXABALETA CONSUELA A SU COMPAÑERO
Una final de resultado incierto hasta que la sobrecarga de partidos hizo mella definitiva en un mermado Altuna; aunque el guipuzcoano le echó vergüenza torera y aún continúo con el brazo ‘en cabestrillo’, no era cuestión de arriesgarse a una lesión de mayor gravedad: el choque se suspendía y el trofeo de San Mateo iba a parar a manos del delantero de Arbizu (designado, además, mejor pelotari de la feria) y el zaguero de Oyarzun.
