Firmas

La parábola del drama

A la vez que entraba el verano en nuestras vidas a las 12,07 horas de este jueves, el curso político se nos iba entre propuesta y propuesta. Los debates llevaban en el Parlamento ese regusto amargo de la conversación inapetente con la despedida a la vuelta de la esquina. Nos dieron las diez y las once. Las doce y la una. Las dos y casi las tres, aunque por suerte acabamos un poco antes.

La oratoria parlamentaria se nos escapaba entre los dedos como esos granos de arena que dejas caer en la playa mientras miras la hilera de puntos hacer contacto con el suelo a cámara lenta. Mirábamos las Proposiciones No de Ley como Kate Winslet a Leonardo Di Caprio en Titanic cuando no le queda más remedio que tirarlo de la tabla y se hunde en el fondo del mar. Sólo podía quedar uno. La política o nosotros.

Por suerte, Rebeca Grajea de la Torre (Ciudadanos) nos deseó a todos un “feliz solsticio de verano” en una nueva intervención para enmarcar con la parábola del buen samaritano como ‘leitmotiv’ (ojalá poder leer en ese momento la mente del consejero de Educación, Alberto Galiana) y nos quedamos más tranquilos. El drama sobrevuela el antiguo convento de La Merced a cada momento. Incluso aunque no estemos hablando de Podemos, que podríamos decir que ya se han pasado todas las pantallas del videojuego del drama en una semana como colofón a tres años de líos. Le honra a Natalia Rodríguez pedir perdón a la ciudadanía y a los votantes morados por el espectáculo dado.

Pero volvamos al drama. “A lo que estamos, tuerta, que se rifa un ojo”, que dijo el cada vez más joven multiconsejero Conrado Escobar, arreciado por el mismo síndrome que Benjamin Button. Cada día que pasa, mejor aspecto tiene (ojalá nos cuente su secreto, además de pasar por la peluquería como ha hecho esta misma semana). La peor parada es la portavoz del PSOE, Concha Andreu, quien se sinceró contando que su madre sufre el colapso de la sanidad riojana esperando a una operación de rodilla que no llega y que sus dos “chiquillos” (sic) están en la ESO y sufren el caos de la educación. Doblete. O triplete.

“El PP y su Gobierno son un arma letal para la sanidad pública riojana”, le dijo a Ceniceros, aunque si seguimos el hilo argumental de esta crónica haciendo referencias a películas, qué mejor que ‘Terminator’ o ‘Matrix’. Apunte, señora Andreu. ‘La vida de Brian’ sería sólo el Parlamento. El portavoz de Ciudadanos, Diego Ubis, también tiene su pequeña ración dramática. “Ya sé que soy ‘Don erre que erre'”, se excusó ante Galiana, antes de que el siempre educado consejero le replicara que le parece “interesante” ese talante insistente.

Más dramas. El del PP por no colaborar con la justicia, según el portavoz de Podemos, Germán Cantabrana, que es algo así como montar una tienda de frigoríficos en el Polo Norte o montar un oceanográfico en La Rioja. El del ya mencionado Conrado Escobar, que, obviando su cada vez más atractivo juvenil, vuelve a sobrevolar el Ayuntamiento de Logroño y sus acercamientos a la silla de Cuca Gamarra.

Se llevó el vacile de la socialista alfareña Sara Orradre, cuando esta le comentó que no sabe si se va a presentar o será alguna vez alcalde, aunque le devolvió el juego del drama señalando a la primera edil de Alfaro, Yolanda Preciado, diciéndole que ella sí va a seguir siendo la alcaldesa. “Por eso, no se preocupe”. Y risa floja. Lo mejor estaba por venir. Decía antes que la peor parada era la líder del PSOE, pero va a ser que no. No me acordaba yo del pobre Juan Calvo (Podemos).

Él, tan progresista, tan ilusionado con el cambio, tan defensor de las libertades individuales y los derechos humanos, tan comedido en sus palabras, tan correcto en las formas, tan firme opositor ante las injusticias… resulta que tiene alguien en la bancada del PP mucho “más moderna” y “más normal”. ¡Sí! ¡Correcto! Lo has adivinado. La alcaldesa de Autol, Catalina Bastida. Así nos lo hizo saber este jueves casi al terminar este curso político.

Y palabra de Caty, amén. Drama tras drama. Pobrecitos todos. Pobrecito yo. Pobrecitos ciudadanos (sin mayúscula).

Hasta el Debate del Estado de la Región si un Pleno sobre el Estatuto de Autonomía no lo remedia antes. Abrazo de gol.

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