El Aceite de La Rioja es uno de los estandartes de la dieta mediterránea, esa herencia cultural española que caracteriza no sólo una manera de tomar los alimentos sino una forma de vida. Hasta la UNESCO la inscribió como uno de los elementos de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por sus recetas, su forma de cocinar, sus fiestas, sus productos, sus costumbres y sus actividades…
Y ahí, entre esas características de la dieta mediterránea, encontramos como una parte fundamental al oro líquido riojano. ¿Sabías que España es la primera productora mundial de aceite de oliva? En La Rioja, el sector cada vez cobra más importancia con un aceite de oliva virgen extra como gran aval y que se obtiene a partir de las mejores aceitunas, lográndose un aceite con excelentes características organolépticas y que puede consumirse directamente con todo su aroma y sabor.
¿Por qué debemos elegir Aceite de La Rioja (ese que lleva el sello del Consejo Regulador)?
1. Su calidad: está y es bueno.
– Es un aceite de oliva virgen extra con altas puntuaciones en cata.
– Las condiciones de clima y suelo de La Rioja le aportan unas notas aromáticas muy peculiar con un amargor y un picor en equilibrio.
– Agradable al paladar y consistente, gusta al consumidor.
2. Sus propiedades: es bueno para la salud. Investigaciones durante el último medio siglo han revelado que las personas que usan aceite de oliva en lugar de otros tipos de aceite tienen menos problemas cardiacos y una presión arterial más baja, al igual que menores niveles de colesterol y menor incidencia de artritis y cáncer.
– Es antioxidante.
– Es cardiosaludable.
– Mejora las digestiones.
– Mejora el funcionamiento del sistema metabólico.
– Tiene efecto ibuprofeno (es antiinflamatorio). No quita el dolor de cabeza como cuando te tomas un paracetamol, pero sí tiene efectos similares.
3. Su funcionalidad en la cocina. ¿Qué vas a cocinar? Sea lo que sea, el Aceite de La Rioja mejorará tu receta.
– Potencia el sabor de cada plato, ya sea en crudo o en guisos.
– A la hora de freír, conserva los jugos del alimento para evitar la ingesta de grasa creando una capa protectora alrededor de él. Resiste mucho mejor la acción del calor sin descomponerse, al contrario que ocurre con otros aceites.
– Permite la creatividad. No sólo de echar aceite a la ensalada vive el hombre. Cada vez son más los nuevos usos como unas tostadas con aceite para el desayuno o en el aperitivo, donde los restaurantes ya han empezado a servir un cuenco de aceite para untar con el pan.
Todas estas razones y muchas más fueron las que la nutricionista Itsaso Martín y ocho productores de Aceite de La Rioja expusieron en el Restaurante Escuela de Hostelería Fadura (Getxo, Vizcaya), dentro de unas jornadas para presentar el oro líquido de nuestra región más allá de nuestras fronteras.
La jornada en Getxo
En un lugar con gran afinidad gastronómica con La Rioja como es el País Vasco, Getxo Elika (organismo centrado en la promoción de la alimentación saludable) y el Consejo Regulador de la DOP Aceite de La Rioja han mostrado su apuesta por la práctica deportiva y por los hábitos de vida saludables. La dieta mediterránea y todo lo que la rodea.
La técnico del Consejo Regulador de la DOP Aceite de La Rioja, Lorena Marín, señalaba en la cata en la que presentaba los aceites que se comercializan en el mercado que, “a diferencia de otros, el Aceite de La Rioja, como buen aceite de oliva virgen extra, ha sido elaborado solo mediante procedimientos mecánicos, sin ningún tipo de aditivo ni químico”.
El responsable del restaurante Fadura, Ibon Guarrotxena, hizo una prueba en un ‘show cooking’ en el que elaboró un pincho dos veces. Primero con Aceite de La Rioja y después con un aceite de oliva que no era virgen extra de marca blanca. “La crema elaborada con Aceite de La Rioja tiene más cuerpo, es menos líquida, y el aceite ha aportado más aromas e intensidad de sabor al plato”, reconocía al finalizar el plato.
*Artículo realizado en colaboración con Aceite de La Rioja.
