Alberto Corazón ha adquirido la ‘nacionalidad riojana’ en este Día de La Rioja al haber sido distinguido como Riojano de Honor, convirtiéndose en la segunda persona que recibe este reconocimiento en la región. El hombre que dotó a la comunidad de una identidad gráfica es, desde hoy, una persona nacida en cualquiera de los 174 municipios que conforman esta tierra.
Con la voz del exconsejero Carlos Saenz de Santamaría -Alberto Corazón no ha podido asistir al acto por motivos de salud-, este nuevo riojano ha señalado que está muy orgulloso que, casi cuarenta años después de la creación de la identidad de La Rioja, esta “siga ofreciendo las mejores prestaciones a la celebración de ser riojano, es un gran orgullo profesional y un inmenso y conmovedor honor personal que nunca olvidaré”.
“En 1980 se abrió en nuestro país la posibilidad de crear entre todos, ciudadanos e instituciones, una sociedad libre y abierta. En la reordenación del territorio lo fundamental fue la creación de las autonomías, gran parte de ellas históricas, y otras que nunca habían existido, que nacían en ese momento. El ejemplo paradigmático fue el de la Rioja”, ha comenzado con las palabras que le “hubiera gustado dirigir en persona” a los presentes.
En aquellos años, ha recordado, unos amigos riojanos que conocían su trabajo en el ámbito de la identidad corporativa para empresas, le invitaron a participar en un concurso para diseñar, con toda urgencia y con toda concentración, una identidad gráfica para la recién nacida Comunidad Autónoma de La Rioja: “Fueron semanas frenéticas, de continuas reuniones en Logroño y Madrid con Carlos Sáenz de Santamaría y José Ignacio Pérez”.
“Frente al reflejo automático de inventar un escudo”, ha relatado, llegaron a la conclusión de crear una identidad “moderna, humanista, centrada en el territorio, en nuestro hábitat”. “Con el río, el puente románico que unes las orillas y el San Lorenzo al fondo y una tipografía moderna y contemporánea, con los tipos de letras Helvética y sobre todo Gill, diseñé una especie de pictograma riojano, como símbolo gráfico de la comunidad”.
Simultáneamente, ha proseguido en sus recuerdos, se planteó la gráfica de la bandera, el otro elemento de identidad básico: “Aquí el consenso fue rápido: utilizando el rojo del vino, el verde de la ribera, el azul del río y el blanco del pico nevado del San Lorenzo, en lugar de resolverlo con bandas horizontales al uso, opté por bandas verticales en diagonal”.
Una herramienta para mejorar
A continuación, ya en solitario, diseñó la implementación de estas herramientas de identidad trasladándola a la papelería administrativa, las publicaciones y la señalética.
Disculpándose por esta incursión en el origen de la identidad gráfica de la región, “puesto que han pasado muchos años”, ha celebrado que esa identidad “ya está formalmente anclada entre los riojanos”: “Concibo el diseño como una herramienta para mejorar nuestra relación con lo que nos rodea para mejorar la relación entre nosotros e incluso con nosotros mismos”.
En el capítulo de agradecimientos a las autoridades, ha aprovechado Alberto Corazón para celebrar que el Gobierno de La Rioja haya tomado la iniciativa de actualizar el Manual de Identidad Corporativa de La Rioja al mundo digital a través de unos jóvenes diseñadores riojanos, “como símbolo de continuidad y del diálogo entre generaciones”.
