Firmas

Café para los muy cafeteros

En sus andanzas por el Mundial de Brasil, contaba Manuel Jabois que “hay que ser muy español para llegar tarde a un puticlub y definitivamente gallego para ir tan pronto que no haya abierto”, tras fracasar en su primer intento de entrar al edificio Itatiaia, el burdel más decadente de Sao Paulo. Desde entonces, y han pasado ya casi cuatro años, busco un adjetivo o gentilicio que cuadre con una frase similar para el Parlamento de La Rioja.

“Hay que ser muy … para ir al exconvento de La Merced y definitivamente … para ir a un Pleno”. Cuando te falta el talento, sólo puedes recurrir a las burdas imitaciones y a aquello que tienes más a mano para salir adelante. Creo que esta semana he encontrado ese símil que tanto anhelaba. Mi piedra filosofal parlamentaria. No es ningún descubrimiento porque siempre había estado ahí y no había sabido verlo.

Café para los muy cafeteros. Café colombiano. Café sin azúcar. El café supremo. El mejor café para paladares que rechazan cualquier otro aroma o sabor que les desvíe de la excelencia de los granos tostados y molidos. Eso es nuestro querido Parlamento. Antes de la crisis era “el café para todos”. Durante la crisis: “Ojalá que llueva café en el campo”. Y ahora, en eso que hemos denominado la nueva política, el café para los muy cafeteros.

Mucho tiene que gustarte ese líquido tostado para perderte una visita del siempre gallego presidente Mariano Rajoy, quien inauguraba un campo de entrenamiento de la Guardia Civil que ya lleva en marcha ni se sabe el tiempo, por una nueva y tediosa sesión plenaria. “Ya sé que te han dejado salir”, le dijo Rajoy al multiconsejero Conrado Escobar durante el besamanos de su llegada, haciéndole saber que el bueno de José Ignacio Ceniceros le había puesto al corriente de sus novillos parlamentarios.

La dupla Ceniceros – Escobar abandonó la calle Marqués de San Nicolás sin mirar atrás. A ellos no les gusta el café. Y prefieren los novillos a los miuras, aunque estos sean de su propio partido. Catalina Bastida. Alcaldesa de Autol. Vayamos apuntando este nombre y este cargo para sucesivas ocasiones. No conoce el miedo ni el término medio. Ve un trapo y entra con una fuerza, una profundidad, una bravura y un recorrido que ya firmaba José Tomás para su próxima corrida.

Ella fue la que levantó una mañana de aburrimiento en la que la política riojana poco tenía que aportar al bienestar de sus ciudadanos. Pero habrá más. Sólo tienen que dejarle salir al ruedo. Su víctima fue el joven Raúl Díaz. Doble voltereta por leer la ‘Oración para ir tirando’ de Gloria Fuertes como pequeña ironía en un debate sobre una mayor aconfesionalidad en los actos públicos. A la alcaldesa de Autol no le puede usted ir con bromas que valgan ni medias tintas.

“Me parecería de valientes que usted hubiera hecho lo mismo con el Islam”, le comentó a Díaz, mientras le decía a los diputados socialistas que los ve “bien guapas y bien guapos” en la procesión de Calahorra, así que menos aconfesionalidades y gaitas. Bastida les explicó que en las procesiones de los pueblos se va en grupo y no en fila, mientras la indignación se iba apoderando de su cuerpo.

Es el café para los muy cafeteros, aunque en la cafetería del Parlamento sólo haya cápsulas descafeinadas para la máquina. Nos conformamos con cualquier cosa para ir tirando.

‘Oración para ir tirando’ (Gloria Fuertes)

Padre nuestro que estás en los cielos

¿por qué no bajas y te das un garbeo?

Si te interesas por nuestros Fueros,

glorificado será tu abuelo.

Al obrerito y al palaciego

tus ordenanzas vienen al pelo.

-Hágase mi voluntad así en la mina

como en el lapicero-.

La “castaña” nuestra de cada día

dánosla hoy,

y disculpa nuestros ocios así como nosotros

“tragamos” a nuestros superiores,

no nos dejes caer con el “tablón”.

Más líbranos del bien también.

(Poemas de la buena uva. Poeta de Guardia. Barcelona, 1968)

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