Las cosas de palacio van despacio, reza el dicho popular. El refrán se ajusta, por el momento, a las actuaciones de la infraestructura más importante de Logroño para esta legislatura. Hace dos semanas, el día 12, se anunciaba a bombo y platillo el inicio de los trabajos en la futura estación de autobuses de la capital riojana.
En esa fecha estaba previsto que se iniciase la instalación de las casetas de obra y el traslado de la maquinaria industrial a la parcela. Sin embargo, a día de hoy no se atisba ninguna caseta que no estuviera antes allí (permanece la garita que siriviera para la gestión del alquiler de vehículos) ni tampoco ninguna máquina pesada. Desde entonces y hasta la fecha tan solo se ha instalado la valla perimetral y poco más, como puede contemplar cualquiera que pasee por la zona.
Las obras de construcción de la nueva estación de autobuses, cuyo presupuesto asciende a 16,3 millones de euros, fueron adjudicadas por la Sociedad Logroño Integración del Ferrocarril (LIF) el pasado 15 de noviembre a la UTE conformada por Agua y Jardín, Ismael Andrés y Vías y Construcciones.
El proyecto contempla un nuevo edificio simétrico al de la estación de ferrocarril, que estará unido mediante una cúpula que dará continuidad al complejo intermodal de transporte. El plazo previsto para la recepción de la obra concluye en otoño del próximo año.
Actualización (17.45h): El desarrollo de la jornada ha sido especialmente productivo este miércoles, ya que desde última hora de la mañana luce el logotipo de la concesionaria en el vallado y una máquina ha comenzado a realizar labores de obra en la parcela de la futura estación.
