Un bodeguero de Rioja ha sido asesinado en extrañas circunstancias y ha dejado un misterio por resolver. Para hacerlo tienes sesenta minutos, ni uno más. La premisa es sencilla: si no eres capaz de despejar la incógnita te quedas encerrado.
Este es el argumento de The Cathedral Quest, la ‘Escape Room’ que Iratxe Arana creó hace unos meses en Logroño y que atrae a jugadores de todas las edades -recomienda iniciarse a los doce años, pero ha tenido alguno de ocho- a sus instalaciones, en calle Portales. La sala está ambientada para meterse en el papel desde el minuto uno y que la evasión sea total durante la hora que dura el juego. “Aquí la fuerza física no sirve para nada; todo se basa en la observación, la lógica, el trabajo de equipo y una pizca de maña para manejar algún mecanismo concreto”, explica.
“Estamos en un local de oficinas y hacemos muchas sinergias con las otras salas de escape”, señala la impulsora de esta iniciativa, integrada en ‘Nortescapes’, que incluye otras once salas de Cantabria, País Vasco, Logroño y Pamplona. El audaz detective que consigue completar las doce salas no recibe un premio, más allá de la satisfacción personal por disponer de un cráneo privilegiado.
“Lo principal del juego es que tienes que trabajar en equipo”, explica Iratxe, incidiendo en que “ahí se ve realmente si eres buen jugador y la mayor parte de la gente falla en la organización”.
