Firmas

A ritmo de pasodoble

Las taquillas del Parlamento colgaron el ‘no hay billetes’ hace semanas. Era el Pleno de los Plenos. A punto estuvieron de echarle albero al suelo y poner burladeros rojos en las esquinas para darle más aspecto de plaza de toros. Incluso los pitos de los funcionarios congregados en la puerta desde primera hora para pedir la devolución de la jornada de 35 horas sonaban a pasodobles. “Viva el pasodoble que hace alegre la mañana”, parafraseando a Rocío Jurado.

Oro y plata. Sombra y sol. El gentío y el clamor. Y hasta un diputado (el joven Álvaro Azofra en su tercera intervención en el Parlamento) al que le da un mareo en el debate sobre acoso escolar previo al debate de los debates. “¡Un médico! ¡Un médico! ¿Hay algún médico en la sala?”, gritó nadie, porque para entonces ya habían saltado del escaño Juan Calvo (Podemos) y Félix Vadillo (PP), médicos ambos de profesión, a ayudar al popular tras ser socorrido en primera instancia por sus compañeras de partido Regina Laorden y Concha Arruga.

“Torero que duda, enfermería segura”. Y Azofra dudó. Cambiemos la enfermería por la cafetería que plenos atrás desmontó por los nervios previos a ser padre el líder de Ciudadanos, Diego Ubis; y la imagen del recorrido hasta allí, en vez del torero al que lleva su cuadrilla totalmente tumbado mientras le tapona la cornada, como el del futbolista que se retira lesionado del campo del fútbol intentando apoyar el pie lo más fuerte posible para recuperar sensaciones. Ese fue el susto de la mañana, aunque por suerte no tuvo más consecuencias y el diputado pudo volver a su escaño minutos más tarde ya totalmente recuperado.

“Tarde de expectación, tarde de decepción”. Nada más. Lo resumió a la perfección el diputado Jesús María García en una de las últimas intervenciones del Pleno de este jueves, tras confesarse nieto de torero (de ahí le viene el conocimiento del refrán) y reconocer que su infancia había estado marcada por las corridas de toros y ‘La bola de cristal’. Esos traumas sólo podían acabar de una manera: taurino y socialista. A pesar de tener que soportar esa dura carga, la anécdota siempre puede tener gancho en esa cena en la que conoces a los padres de tu novia. Incluso en el Parlamento de La Rioja.

Porque no había este jueves más interés en la Cámara regional que la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) sobre protección de animales. El resto, fuegos de artificio. Los partidos se guardaron la artillería pesada (si es que la tienen, porque esta legislatura comienza a parecerse al Irak de Sadam Hussein y sus armas de destrucción masiva) para otro día. Toda la atención se centraba en el último punto del día. La guinda del pastel. La polémica. La segunda vez que el Parlamento de La Rioja iba a debatir algo que la ciudadanía llevaba a través de la recogida de firmas hasta el poder legislativo. Algo ¿histórico?

Ni siquiera las preguntas al Gobierno tuvieron más miga que dejar tranquilo al socialista Félix Caperos para que cumpliera su cupo anual de interpelaciones al consejero de Medio Ambiente, Íñigo Nagore, sobre los vertidos al Ebro en Briñas; y que la consejera de Presidencia, Begoña Martínez, levantara a Ubis por los aires al preguntar por el cese de la directora territorial de RTVE en La Rioja. La cornada del día por preguntar a una periodista sobre periodismo.

Tras crear un plan turístico y un registro de viviendas deshabitadas, poner un gasolinero en cada gasolinera, contratar los alimentos ecológicos para los centros públicos, hacer la información accesible y desarrollar un protocolo para el acoso escolar por orientación sexual, llegó el turno de la ILP sobre protección de animales. Y ya lo había dicho Jesús María García: “Tarde de expectación, tarde de decepción”. El Pleno aprobó la toma en consideración de la misma para llevarla a trámite y cambiarla de arriba a abajo. En el barrio dirían aquello de “para darle unas hostias que no lo va a reconocer ni su padre”. En este caso, la Asociación Protectora de Animales. Y así será. Pero más cornadas da el hambre.

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