Claridad y transparencia. Bajo estas dos premisas, la Marea Blanca de La Rioja ha iniciado una campaña que pide una mejora en las listas de espera de la sanidad en la región. “Pretendemos que una comisión de verificación y control independiente del Gobierno Regional sea quien gestione las listas de espera ofreciendo información veraz y actualizada, así como el posible tiempo de espera”, señalan desde la plataforma, en la misma semana que el Pleno del Parlamento dará cuenta de la creación de una comisión de estudio “que analice la situación actual de las listas de espera en la sanidad pública riojana y la gestión de las mismas”.
La consejera de Salud, María Martín Díez de Baldeón, ya indicó el pasado 11 de febrero en la Cámara regional, tras una pregunta del diputado de Podemos Juan Calvo sobre la gestión de las listas de espera, que “el Ministerio señala que la espera media en España es de 87 días para las intervenciones quirúrgicas, mientras que en La Rioja es 45”. “El Informe del Defensor del Paciente afirma que La Rioja es la mejor comunidad en lista de espera, pero el Gobierno no trabaja por las cifras sino por las personas y no nos conformamos con esas cifras que hoy por hoy son las mejores de España”, añadió.
Pese a las declaraciones de la consejera, desde la Marea Blanca comentan que “los pacientes en lista de espera tienen que esperar días, semanas o incluso varios meses para ser atendidos en la primera consulta del especialista o para ser operados de diversas patologías”. “La Consejería de Salud ofrece una información escasa y maquillada que no se ajusta a la realidad, en ausencia total de claridad y transparencia”, argumenta, para destacar que el Ejecutivo “establece conciertos con empresas privadas para disminuir su número y los tiempos de espera, pero la situación sigue sin resolverse, porque cuanto más opacas y numerosas sean y más retraso acumulen las listas de espera, mayores beneficios económicos obtienen los que especulan con nuestra salud”.
“Además, los pacientes a los que se les oferta ser operados en la privada y declinan la oferta pues prefieran ser tratados en la sanidad pública, pasan a una lista B totalmente opaca donde la espera se incrementa aún más”, concluyen.
