Firmas

Un puente republicano…

​Soy un republicano de orden, nada de folcloricus. Y he aprovechado este puente para alejarme de lo cotidiano y romper con el ajetreo: me he escapado por territorios de la república… de las letras.

Pero no hay manera. Cojo un libro, atraído por los colores otoñales de su portada, ocres, amarillos, sienas, verdes degradados hasta la transparencia… ¡y zaca!, me encuentro con esto:

“Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos… Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis ética, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental. Tendremos que esperar como mínimo 100 años más para que en este tiempo ‘si hay mucha suerte’ nazcan personas más sabias y menos chorizos de los que tenemos actualmente… ¡pobres españoles! lo que nos costará recuperar lo perdido”.

 

(“La fe nacional”, Discurso pronunciado por Galdós en el Banquete de la colonia canaria en Madrid el 9 de diciembre de 1900).

No gano para sustos.

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