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Un inútil gol de antología

La euforia viajó vestida de blanquirrojo hasta Galicia, por mucho que Pouso hubiese hecho poner los pies en la tierra al personal durante la semana. No viajaba tanto en el autobús de la Unión Deportiva Logroñés, ahí sí, ahí Pouso había trabajado suficiente, como en el imaginario de los aficionados, deseosos de ver el segundo capítulo de esta temporada cuyo inicio tanto les había ilusionado siete días antes en Las Gaunas.

Fueron dos minutos trepidantes los que decidieron el partido ante el Racing de Ferrol. Los que discurrieron desde un impresionante paradón de Mackay a un disparo del blanquirrojo Paredes. Buscaba sí o sí la escuadra izquierda de la portería gallega y mereció haber sido el 1-2 (82’). Lo que ocurrió fue que esos instantes continuaron con una rapidísima contra local que Miguel zanjó enviando a córner (83’) y terminaron en el fondo de la portería blanquirroja con un remate de Borja Domínguez desde la frontal del área chica en el acto que, este sí, terminó por sentenciar el partido 2-1 (84’).

Antes había habido tiempo, sobre todo, para un golazo y una obra de arte. La primera, de Peláez, para abrir el marcador nada más atravesar la media hora de partido. La segunda, mucho más que brillante, de Titi, que envió al tragaluz un libre directo de esos que tanto intenta Cristiano sin éxito y sobre el que los aficiondos volverán a repetir eso de “si lo mete Messi, da la vuelta al mundo”. De ese pelaje fue el gol del gijonés. Lástima que, a la postre, no sirviera para nada entre otras cosas porque Mackay volvió a lucirse, con el tiempo ya cumplido, en otro libre directo, casi un córner, que lanzó con tremenda intención Pere Milla.

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El viaje de vuelta no será tan feliz, pero tampoco debe ser funerario. La UDL demostró este domingo de nuevo fútbol y oficio e incluso un amplio margen de mejora. Se podría argumentar con facilidad la injusticia del resultado, pero tanto da. El sábado, capítulo 3: el Coruxo, nuevo líder.

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