El Rioja

El abanico de Montecillo, de añadas históricas a nuevos lanzamientos

No es cosa fácil embotellar más de 150 años de historia y seguir manteniendo la esencia que caracterizó a esos primeros vinos. Bodegas Montecillo lo viene haciendo desde 1870, por lo que su historia ha crecido a la par que la historia del vino en esta tierra de viñas. Y, aunque las técnicas y modos […]

Mercedes García, enóloga de Bodegas Montecillo. | FOTO: Fernando Díaz.

No es cosa fácil embotellar más de 150 años de historia y seguir manteniendo la esencia que caracterizó a esos primeros vinos. Bodegas Montecillo lo viene haciendo desde 1870, por lo que su historia ha crecido a la par que la historia del vino en esta tierra de viñas. Y, aunque las técnicas y modos de elaboración han cambiado sobremanera, no lo han hecho así los valores por mantener unido el triángulo entre riqueza vitícola, paisajística y humana.

La historia de esta bodega se podrá catar este miércoles en el V ciclo de Catas Underground organizado por NueveCuatroUno y Calado by Criteria de la mano de Argraf, Cartonajes Santorroman, Cork Supply, Ramondin y Tonelería Magreñan. La enóloga de Montecillo, Mercedes García, será la encargada de conducir la velada en la que el público se podrá sumergir en cuatro elaboraciones de la casa: Montecillo Edición Limitada Garnacha Blanca 2022, Viña Monty Reserva Blanco 2018, Viña Monty Reserva Graciano 2016 y Montecillo Gran Reserva Selección Especial 1994.

– Uno de los triunfos de los que presume Montecillo es precisamente de esas añadas históricas que conserva en sus botelleros. La de 1994 es, precisamente, una de las que dejaron huella en Rioja y para bien. ¿Qué resultado ha dado en la botella?

– En bodega atesoramos vinos desde 1926 y este Gran Reserva del 94 es una de esas joyas. Aquella vendimia fue bastante temprana porque el verano fue seco, por lo que se adelantó la maduración. Eso a la vez hizo que hubiera tanta concentración en los racimos y que las uvas tuvieran una cantidad impresionante de tanino para poder envejecer. Y todo eso sumado a una acidez bastante equilibrada. Además, fue un año en el que hubo una helada tardía de primavera que afectó a muchas viñas, por lo que la producción se mermó pero los viñedos que aguantaron dieron unas calidades buenísimas para los grandes reservas. Nuestro Gran Reserva tiene una graduación controlada, de 13,1, con una gran intensidad colorante y una capacidad de guarda espectacular.

– El vino que abrirá la cata será la novedad de la casa, el Garnacha Blanca 2022. ¿Cómo ha llegado la bodega a dar con este monovarietal?

– Nos costó dar con la finca idónea, más allá de que no es una variedad que abunde en la denominación, pero lo logramos hace dos años. En el Valle del Alhama, a casi 600 metros de altitud, dimos con una viña plantada en 2014 con un suelo muy profundo y poroso, donde la maduración es lenta y gracias a que es una zona muy ventosa hay poco riesgo de enfermedades.

– Y de Rioja Oriental a Rioja a Alta para catar esa viura centenaria de la gama Viña Monty.

– Este vino ya forma parte del proyecto Viña Monty con el que, tanto en los tintos como en los blancos, buscamos mostrar una identidad de Borgoña. Este viñedo ubicado en Medrano y a unos 650 metros, es una de nuestras fincas top, con pocos racimos, suelos con cantos rodados,…

– ¿cómo define la elaboración del monovarietal de graciano?

– Está claro que es una variedad complicada y en la elaboración, todo un torete, pero llevamos muchos años elaborando este tipo de uvas. Sí que antes las usábamos en pequeñas porciones para el Gran Reserva o el Edición Limitada, pero poco a poco fuimos elaborando fincas por separado y vimos que esta viña de Cenicero en concreto tenía unas características increíbles. A partir de 2015 decidimos que esta finca tenía que ser para un vino en concreto y fue esa la primera añada que salió al mercado.

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