Cultura y Sociedad

Pradejón y el arte: diez años de cara a la pared

Fue allá por 2014 cuando al entonces concejal de Pradejón, Alberto Cordón, se le planteó la disyuntiva de cómo mantener al posible turista que llegaba a través del Centro de Interpretación del Champiñón un par de horas más en la localidad. “Recuerdo que entonces ponías en internet el nombre del pueblo y te salía eso de ‘el municipio más feo de La Rioja'”, cuenta una década después. Así, a través de su pasión por el arte, puso encima de la mesa del alcalde la posibilidad de hacer un mural.

Diez años después se pueden encontrar más de 50 intervenciones artísticas en las calles del municipio. “Es un sueño convertido en realidad gracias al compromiso que ha seguido manteniendo el Ayuntamiento durante todos estos años”.

El objetivo era doble. “Sabíamos que la gente que venía a visitar el centro y las bodegas no tenía muchas más opciones para hacer en Pradejón y se terminaban marchando a Calahorra o Logroño tras conocer el mundo del champiñón; también éramos conscientes de que había que embellecer el pueblo de alguna forma”. La primera idea fue crear algún tipo de escultura, “pero no había dinero para tanto”. Entonces se les ocurrió la idea de pintar el primer mural, dedicado al mundo fungi y frente al centro.

“Sabíamos qué queríamos, pero no quién nos lo podía hacer”. Y rebuscando encontraron a Globartia de Logroño. “Ahora hay decenas de artistas que hacen pintura en murales pero hace diez años no era tan habitual. Nos lanzamos a la piscina, si quedaba mal o no gustaba era tan fácil como volverle a dar una mano de pintura a la pared”.

Pero gustó y los murales empezaron a hacerse cada año. Desde entonces por allí han pasado decenas de artistas. Algunos de renombre nacional como Okuda, Suso33, Taquen, Primary Matter, Daniel Muñoz, Elisa Capdevilla… Otros europeos, como Andrei Busel, Edis1. Pero también lo han hecho artistas riojanos, el caso de Globartia (Carlos Corres y Carlos López Garrido) o Jorge Ochagavía,  e incluso pradejoneros como Saul Martinez y la ilustradora Raquel Marín.

Diez años dan para muchas anécdotas. “Recuerdo que Taquen fue el que contactó con nosotros, nos ofrecía hacer una mujer en vendimia pero le dije que Pradejón era mucho más que uva y cambió un poco su proyecto metiendo otros productos en la cesta de la señora. Entonces prácticamente no era conocido, pero después de la pandemia y de hacer un mural en plena Gran Vía de Madrid se convirtió en uno de los referentes de este tipo de arte”.

Cordón asegura que el éxito de la propuesta no es otro que “cada mural habla de las personas de Pradejón, de su economía, de su cultura, de su historia y por eso gusta tanto entre los vecinos y nos da la oportunidad de que nos conozcan los turistas que llegan”. Que, por otro lado, cada vez son más. “¿Quién nos lo iba a decir hace diez años? Es que Pradejón ya no tiene nada que ver con lo que era entonces”.

En estos momentos se está trabajando en un mural en el camino del regadío. “Es un lugar por el que las familias pasaban para ir siempre al campo y por eso la idea es reflejar a una familia de espaldas, que puede ser la de cualquiera, acudiendo a las labores del campo”. Una forma de poner en valor el mundo rural, los recuerdos y conseguir muchas otras cosas.

“Recuerdo que el profesor del colegio siempre me dice que se nota muchísimo en el pueblo desde que están los murales que los niños van mucho más motivados a las clases de pintura del colegio, así que hemos conseguido un tercer objetivo que no esperábamos, acercar el arte a un pueblo tan pequeño como Pradejón”. Tanto es así que el Consistorio tiene desde hace años una partida destinada a arte. “Creo que habrá pocos municipios de menos de 4.000 habitantes que tengan una partida destinada a eso y espero que siga siendo así esté quién esté en el Ayuntamiento”.

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