El Rioja

Bodegas Baigorri, bajo los cimientos de la economía circular y la sostenibilidad

Simón Arina, director técnico de Bodegas Baigorri

Una veintena de proyectos constituyen los cimientos de la sostenibilidad y la economía circular sobre los que se erige Bodegas Baigorri, en Samaniego. A una construcción en vertical para aprovechar la gravedad, el uso de cápsulas ecológicas de estaño (y no de plástico), el desarrollo de moléculas bioactivas de manera natural potenciándolas en la uva, una instalación fotovoltaica de 100 Kw o una auditoría sobre la eficiencia energética de los consumos de la bodega, por ejemplo, se suma ahora su participación en una investigación a nivel europeo en la que el raspón de la uva deja de ser un mero abono para el suelo.

Los primeros pasos de este proyecto, sin embargo, se remontan a hace tres años, cuando el investigador David San Martín, del centro tecnológico AZTI, apostó un estudiar el aprovechamiento del raspón como uso nutricional para algunas especies de animales. Ahí entró a formar parte la firma de Rioja Alavesa como bodega pionera y socia del proyecto con su director técnico, Simón Arina, al cargo.

Vista de Bodegas Baigorri.

“Las primeras investigaciones se hicieron con conejos. Estos son unos animales muy sensibles a las enfermedades que continuamente deben tomar antibióticos. Con el uso del raspón como parte de la composición de su nutrición habitual conseguimos disminuir en más de un 20 por ciento la cantidad de medicamentos que había que administrarles gracias a los antioxidantes y propiedades de este elemento natural”, explica Arina.

Tras ver los “buenos resultados” del experimento, decidieron ampliar los sujetos beneficiarios. Así llegó en 2020 ‘New feed’, una iniciativa que busca aprovechar los desperdicios del raspón de la uva para crear un ingrediente alimentario para el ganado ovino y vacuno lechero a la vez que se reduce el impacto ambiental y los costes en la producción agraria.

Este proyecto internacional aterriza también en los países de Egipto, Grecia, España y Turquía. En el estado español, a la participación de Bodegas Baigorri se suman el centro tecnológico Neiker, la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (CESFAC), la Unión Agroganadera de Álava (UAGA) y la empresa Riera Nadeu.

Simón Arina, director técnico de Bodegas Baigorri.

El desarrollo de la investigación, todavía en una fase inicial de experimentación, parte con la vendimia como principal factor temporal. “Diariamente extraemos en fresco el raspón y lo molemos para reducir su tamaño y conseguir que sea más fino. Después es otra empresa inpmlicada en el proyecto la que se encarga de disecarlo parcialmente mientras que otra introduce el raspón ya seco en la composición del alimento. El raspón solo supone el 20 por ciento de una mezcla de cereales , forrajeras y vitaminas”, explica Arina.

Un trabajo sobre el que Baigorri echa la vista a futuro y más global: “El objetivo es que el proyecto llegue más allá y se pueda industrializar la retirada del raspón para usarlo como piensos, ya que a día de hoy la mayoría de bodegas desechan este componente. Pero nuestra idea es que vuelva a la cadena alimentaria porque, para nosotros, la economía circular implica a todas las fases de producción. Además, aquí la responsabilidad social con el medio ambiente ha de ser cosa de todos”.

“La política social corporativa de la empresa es la de primar la sostenibilidad y la economía circular. Esto no deja de ser un paso más, aunque ahora estén muy de moda todos estos conceptos, el ‘horizonte 2030’ se vislumbre tan cerca y sean muchos los que se quieran subir al carro de lo sostenible y ecológico. Pero Baigorri ha estado ahí desde hace años y seguirá estando”, recalca su director técnico, que avanaz unos tintes de otro de los proyectos que la bodega tiene entre manos: “Uno muy bonito, donde se aprovechan los elementos vegetales de la vid que se desechan para la obtención de productos con aplicaciones culinarias antioxidantes”.

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