En 2023, el mundo registró más de 170.000 trasplantes, un 9 por ciento más que el año anterior, según los últimos datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este panorama global, España volvió a destacar como el país líder en donación de órganos, manteniendo su posición a la cabeza mundial desde 1992. Pero más allá de los impresionantes datos a nivel nacional, La Rioja se ha consolidado como una de las comunidades con mejores resultados en esta área vital.
Fernando Martínez Soba, coordinador de trasplantes de La Rioja, se muestra orgulloso de los logros de su equipo, pero también con la mirada fija en los desafíos que aún persisten. “España es el 10 por ciento de la población de Europa y, sin embargo, uno de cada cinco donantes es español. Si ampliamos la visión a nivel mundial, uno de cada 20 donantes proviene de nuestro país”, comenta, mientras explica el contexto de una realidad en la que la solidaridad y el trabajo médico van de la mano.
La tasa media de donación en Europa es de 22 donantes por cada millón de habitantes. En España, este número se duplica, alcanzando los 49 donantes por millón. Pero La Rioja, a pesar de ser tan pequeña, supera incluso esta marca, con 53 donantes por millón de habitantes. “Es un dato impresionante, pero no es casual”, recalca Martínez Soba. “Es fruto de un trabajo constante y coordinado en todas las áreas del sistema sanitario. Desde urgencias, pasando por las UCIs, hasta el trato con las familias. Aquí no hay improvisación”.
Una de las claves de este éxito es la baja tasa de negativa familiar, es decir, el porcentaje de familias que rechazan donar los órganos de un ser querido fallecido. Mientras que en España esta tasa es del 18 por ciento, en La Rioja baja a un 5, lo que marca una diferencia abrumadora. “El substrato social de La Rioja es muy favorable, pero también hemos trabajado durante años para lograr este nivel de aceptación”, afirma el coordinador. Además, añade que se han sentado las bases para que otras comunidades puedan aprender del modelo riojano, impartiendo formación sobre comunicación con familias en momentos críticos. “Nada es casual, las diferencias entre comunidades tienen sus motivos”, puntualiza.
La urgencia de seguir avanzando
Aunque las cifras puedan sugerir que todo está bien encaminado, Martínez Soba advierte sobre los peligros de la autocomplacencia. “Hay personas que aún mueren esperando un órgano, y no podemos permitirnos relajarnos”, dice con firmeza. Actualmente, en España hay 4.794 personas en lista de espera para recibir un órgano, de las cuales entre el 10 y el 15 por ciento fallecerán antes de que llegue su oportunidad. En La Rioja hay una 25 personas (las cifran varían constantemente) que estarían esperando la llegada de un órgano.
Este dato contrasta con la percepción que muchas veces se tiene desde fuera, cuando solo se destacan los logros. “Si damos siempre buenas noticias, la gente puede pensar que ya está todo hecho, que es fácil. Pero no es así. Los avances médicos han permitido que más personas sean candidatas a un trasplante, lo que a su vez aumenta las listas de espera”, explica. “Hace unos años, pensar en hacer un trasplante a una persona mayor de 75 años era algo excepcional. Hoy no solo es una realidad, sino que también se realizan en pacientes de más de 80 años. Esto nos lleva a necesitar cada vez más órganos”, señala el doctor, mientras subraya la importancia de seguir concienciando a la población.
Una red de solidaridad
El proceso de asignación de órganos es complejo y está diseñado para maximizar las oportunidades de éxito, tanto a nivel local como nacional. En La Rioja, cuando se dispone de un órgano, primero se busca un receptor adecuado en el Hospital San Pedro. Si no hay un paciente compatible, el órgano pasa a la zona norte de España, y si tampoco se encuentra receptor, entra en el circuito nacional.
Uno de los elementos más críticos del sistema es la “urgencia cero”, una prioridad nacional que asegura que los pacientes que corren el riesgo de morir en las próximas 72 horas reciban el órgano antes que nadie. “Lo que prima siempre es salvar vidas”, explica Martínez Soba, subrayando la dificultad de gestionar estos casos, en los que se deben combinar criterios clínicos y geográficos de manera eficiente.
A pesar del alto número de personas dispuestas a donar, la mayoría no puede hacerlo. Los motivos son diversos: el estado de los órganos, la existencia de enfermedades o las condiciones del fallecimiento. “Antes, solo se podía donar en casos de muerte encefálica. Hoy, gracias a los avances en donación en asistolia, podemos aumentar el número de trasplantes”, explica el coordinador, mientras recalca que no todos los órganos tienen el mismo nivel de viabilidad. El hígado, por ejemplo, ofrece mayores oportunidades, ya que está diseñado para durar más que una vida humana.
“No existe un límite de edad para donar”, aclara, aunque admite que los órganos de personas mayores suelen estar más deteriorados. Sin embargo, la tecnología y los avances médicos siguen ampliando las posibilidades.
La Rioja comenzó su andadura en el campo de los trasplantes en 2011, con su primer trasplante renal. Desde entonces, el sistema ha crecido y evolucionado, demostrando que la comunidad no solo puede igualar, sino superar las expectativas. Pero el camino no ha sido sencillo. “No hay que olvidar que esto conlleva un trabajo titánico”. Lo que hemos conseguido es fruto de años de esfuerzo y dedicación”.
Un futuro con más retos que respuestas
Aunque La Rioja se sitúa en la cúspide de las tasas de donación, el reto es no caer en la autocomplacencia. “No está todo hecho. No podemos dar la sensación de que es un logro fácil, porque conlleva mucho esfuerzo y trabajo diario”, afirma el coordinador. El mensaje final es claro: la realidad de las personas que están en lista de espera sigue siendo una urgencia. “Cada vez que salvamos una vida, renovamos nuestro compromiso de seguir mejorando, de seguir salvando más”.
Solidaridad y avances médicos se dan la mano. “Hay que dar las gracias a esas familias que, en medio del dolor, muestran tanta generosidad. Gracias a ellas, hoy podemos hablar de éxitos en donación. Pero sobre todo, gracias a ellas, hoy muchas personas están vivas”.