Las cosechadoras llevan semanas recorriendo las fincas de patatas en La Rioja en una nueva campaña que va camino de generalizarse en la región. La Cooperativa Agrícola Rioja Alta de Santo Domingo de la Calzada, la principal receptora de este producto en lo que a género de industria transformadora se refiere, se encuentra inmersa en plena temporada de recogida y pocos son los agricultores que todavía no han inaugurado su cosecha.
Una campaña que más que por los buenos rendimientos está marcada por un encarecimiento en los precios para la patata en fresco que va a parar al consumidor final debido a la escasez de producción. . Una situación, sin embargo, que no se está plasmando en los productores.
Gregorio López hace unos veinte días que comenzó a recoger patata pero de manera intermitente, arrancando en función de la demanda que hay. Cultiva en Zarratón patata de media estación cuyo destino es el mercado en fresco, algo poco habitual en La Rioja ya que prácticamente la totalidad del tubérculo que se produce va a parar a congeladoras o a fábricas de frito. En su caso lo vende todo a un almacén en Cañas.
«Cuando empecé yo esta campaña se vieron precios históricos, llegándose a pagar hasta 60 céntimos el kilo en algunos casos. Algo que nunca se había visto porque el año pasado se pagó el kilo a unos 27 o 30 céntimos. Pero también es cierto que ahora con la cosecha más avanzada los precios no son tan elevados y ya veremos cómoacaban. Además, hay que tener en cuenta que aunque hayan subido, los contratos ya estaban establecidos en el momento de la siembra, que se hace entre marzo y abril, y cuando el precio era más bajo», apunta el productor.
Insiste, por tanto, que esos «precios históricos» no van a tener la misma repercusión en el agricultor que tienen en el consumidor. «Tal vez los almacenes o fábricas incentiven algo teniendo en cuenta esta situación, pero tampoco creo que haya mucha modificación. Además, la patata de industria tiene unos precios más estables que la que va para fresco, donde fluctúan más».
Los rendimientos de este año, apunta López, «tampoco son para tirar cohetes, especialmente en la patata de frito». Rendimientos que se quedarán por debajo de los obtenidos el año pasado, cuando este agricultor de Zarratón sacó entre 50.000 y 55.000 kilos por hectárea. «La calidad, eso sí, está siendo muy buena», remarca. La campaña calcula que concluirá a mediados de octubre, aunque en el conjunto será unos 20 o 30 días de cosecha.
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