Tino, Jorge, Miguel y Adrián. Son los de Baños de Río Tobía, aunque desde el pasado domingo, estos cuatro riojanos son “los de la Eurocopa”. En su pueblo los conocen. Los conocen muy bien. Ahora, desde el pasado domingo, también los conocen en el resto del país. Un plano televisivo de cinco segundos ‘slow emotion’ (cámara lenta) en horario de máxima audiencia tiene sus consecuencias. “A los diez minutos nos dimos cuenta de que la habíamos preparado”.
Cuando un riojano celebra a su alrededor puede desatarse el caos.
Ese vaso de cerveza que vuela inesperadamente hacia la cabeza de un pobre muchacho que festejaba un gol de España es carne de meme. E inmediatamente la imagen con estos riojanos se convierte en uno de los momentos más virales en lo que va de Eurocopa, el tercer evento deportivo más importante del planeta. Y como todo lo bueno, “estábamos ahí por pura casualidad”. Así que comencemos por el principio. Porque esta historia que acaba con el gol de Nico Willians y la celebración a la riojana comenzó en 2004.
Tino, Jorge, Miguel, Adrián… estos saben perfectamente cómo se compite en una Eurocopa o en un Mundial. Cumplen perfectamente con el papel de las aficiones. Se trata de darle colorido a uno de los eventos futbolísticos más importantes del planeta. Y ellos, desde 2004, compiten a gran altura. “Parece que hemos vuelto justo a tiempo porque hemos dejado de ir durante las últimas ediciones porque hemos sido padres”. Una vez criados los bebés, la eurocuadrilla ha vuelto por la puerta grande. “Sin pretenderlo nos hemos hecho virales”, explica Tino.
Acabaron el partido al lado de la portería. Al menos una cerveza acabó dentro del vaso.
Comenzaron a viajar con España en 2004. Como muchos otros. Fue el año en el que caló por primera vez la cultura de animar a España allá donde juega los grandes torneos. Que se organizara en Portugal animó a que muchos aficionados se dieran una vuelta larga por el país vecino. “Pero aquello no salió bien”, recuerda Tino. “Nos eliminaron a la primera”. Pero ellos siguieron. Mundial de Alemania 2006. Ahí comenzó a coger fuerza este movimiento de apoyo a La Roja. “Y hemos vuelto de nuevo a Alemania. Al final es como haber cerrado un ciclo”.
Fue precisamente en 2006 cuando compraron las pelucas por las que hoy en día son conocidos. “Aportamos color y animación, y nos los pasamos genial”, apunta Tino, que a sus 48 años sigue partiéndose de risa cuando se le recuerda ese momento que ha dado la vuelta por el planeta fútbol. “Ha sido una locura. A los diez minutos teníamos casi 500 mensajes”, reconoce Tino. Miguel estaba a su lado. Y recuerda cómo surgió ese instante que jamás van a olvidar.
“A ver, en el descanso quisimos tomar una cerveza”. Es lo habitual. Pero el instinto les tenía reservado un momento para el recuerdo. “Vimos a más riojanos en la parte de abajo, y decidimos que era una buena idea ir con ellos a tomar una cerveza”. La tierra une cuando se está en el extranjero. Y los que han estado en un Euro o un Mundial saben por experiencia que al riojano se le ve a la distancia. La bandera le representa. Y allá que se fueron estos cuatro de Baños. A echarse una cerveza, nunca mejor dicho. “Vimos que era muy sencillo cambiarse de zona, y estar metidos en todo el meollo”. Miguel y sus tres acompañantes querían ‘jaleíllo’ futbolístico del bueno. Y lo consiguieron. “Nada, rápido nos vimos justo detrás de la portería en donde iba a atacar España durante la segunda parte”.
También hicieron turismo -de esta guisa- por las calles de Colonia.
Y Nico les regaló uno de los goles de la Eurocopa. El que permitía dejar visto para sentencia los octavos de final ante Georgia. Como para no celebrarlo. De lo que pasó durante esos cinco segundos, la eurocuadrilla no se acuerda de nada. Afortunadamente tendrán un vídeo a cámara lenta para conservar durante tiempo. “Saltamos, nos agarramos, pero realmente no sabíamos lo que había ocurrido”, explica Tino. Solo quien ha celebrado un gol en un estadio sabe que las reacciones durante unos instantes se descontrolan y todo pasa a formar parte de una feliz nebulosa de emoción y euforia. “A los diez minutos me di cuenta de que el móvil no paraba de sonar”. Y se lo trasladó al resto de la cuadrilla: “Oye, me parece que la hemos preparado y que nos han pillado de lleno”.
El chaval regado de cerveza está bien. La eurocuadrilla también lo está. Y suma un recuerdo más: el día que celebraron un gol de España ante Georgia en los octavos de final de la Euro de 2024. Como los que acumularon en aquella primera Euro, en 2004, en Portugal. O en el Mundial de 2006. O en la final en Viena, en 2008… “No hay nada como animar a España en estos torneos. He estado en finales de Champions… pero nada como estos torneos con España”. Así que Tino lo tiene claro: “Animo a los amantes del fútbol a que acudan a la Eurocopa o al Mundial, se lo van a pasar fantásticamente bien”. Fútbol, amigos, viajes, turismo, hermanamiento con otras aficiones, vecindad… y cerveza, por supuesto. La cerveza que les ha hecho virales.
