Especial Enoturismo

Bokoto y su sentimiento de pertenencia a Logroño

La experiencia Bokoto podría arrancar perfectamente por el tartar de atún con yema tempurizada y trufa, o el usuzukuri criollo (un corte japonés de dorada con una salsa de ají amarillo), o las gyozas de pato, y los langostinos Bokoto. Son unos entrantes perfectos para compartir que se pueden disfrutar en las mesas altas con las que cuenta el local, en la imponente barra central donde se observa de cerca el trabajo de los ‘sushiman’, o en alguno de los salones superiores que permiten reconocer la extraordinaria intervención en el diseño de interiores que se ha desarrollado en este espacio gastronómico que llegó a Logroño en diciembre de 2022 y ya forma parte de la cultura gastronómica de la capital riojana.

Porque Bokoto ha llegado a Logroño con ánimo de permanencia. No se trata -y se observa nada más acceder al local- de una prueba o un experimento, es una apuesta solvente que se está convirtiendo en una referencia en la ciudad, no solo durante los fines de semana, sino también entre semana con propuestas que se adaptan a todas las necesidades y edades.

Tras los entrantes, se puede degustar el roll Dragón -anguila crocante, salmón cubierto de anguila y aguacate con salsa especial Kabayaki-, o, por ejemplo, el Osaka -langostino rebozado en panko y aguacate cubierto con dorada, salsa ají amarillo y camote frito-. Bokoto es una referencia de la cultura gastronómica japonesa en Logroño. “Trabajamos con productores locales para disponer siempre del mejor producto de temporada”, explica su gerente, Sergio Domínguez.

“Queremos ser parte importante de la ciudad, estamos en el corazón de Logroño, en plena calle Portales, y nuestra intención desde un principio, y lo estamos consiguiendo, es que tanto los visitantes como los vecinos de Logroño sepan que aquí tienen un espacio gastronómico diferente pero con señas de identidad muy logroñesas”, remarca Domínguez, que reconoce “la importancia de tener un equipo consolidado que sabe perfectamente el espacio que ocupamos en la vida diaria de Logroño”.

Se puede degustar alguno de los tempurizados del Bokoto, como el Tuna Poke Maki, que es un delicioso atún, con un toque picante, queso crema y cebollino en tempura con salsa de anguila. Momento ideal para cambiar de tercio y pasar a vinos con más estructura. La bodega del Bokoto en Logroño es otra figura principal de su propuesta, ejemplo de cómo transitar con éxito la senda de la permanencia en un espacio, adaptándose a cada entorno como una horma a su zapato. “Y queremos que las bodegas transmitan a nuestros clientes todo lo que les cuesta elaborar cada vino. Por eso, tenemos una carta digital en la que se detalla mucha información, la que la bodega considere oportuna”.

Es el empeño del Bokoto en Logroño, “ser parte de La Rioja y las bodegas cuidan el vino, y nosotros queremos cuidar esa información en favor de nuestros clientes y también de las bodegas, que hacen un gran trabajo que a veces no se conoce por falta de información”, apunta Sergio Domínguez, desde el impresionante salón del Bokoto. Sin pasar por alto, que el equipo Bokoto acude a las bodegas para conocer todos los detalles de los vinos que tiene referenciados en su bodega y “así explicar bien cada vino y que el cliente puede elegir lo que más le conviene”. Así es como Bokoto se convierte en referencia en este territorio.

La experiencia Bokoto se puede vivir fuera de sus instalaciones. Este compromiso con el vino, con Rioja, se traslada hasta el corazón mismo de una de las principales denominaciones de España. “La cocina japonesa, como la española, basadas ambas en la calidad del producto, se adapta perfectamente a cualquier cata”, apunta Domínguez. Por eso, lo mejor de Bokoto se traslada hasta los centros enológicos de Rioja, “como una alternativa distinta en favor del enoturismo, donde entendemos que hay espacio para todos siempre y cuando se trabaje desde la calidad y el mejor servicio”.

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