Diego Pastor muestra con orgullo su barra. Es la barra de los fines de semana, cuando él y su equipo echan el resto para poder afirmar que “tenemos el pincho pote más grande del barrio”. La barra repleta hasta arriba de tapas que permiten disfrutar de uno de los pincho pote más amplios de la plaza de las Chiribitas, donde se ubica, en la calle Albia de Castro, el Shambhala.
Este gastrobar ocupa un espacio central en el día a día de los vecinos de esta zona de Logroño, también de aquellos que acuden hasta allí para hacer algo de ejercicio en el cercano polideportivo Lobete. Es un bar de a diario, pero también de noches inolvidables, como las que están por llegar.
Porque aunque esté costando, la sensación veraniega ya está aquí. Noche cálidas en las que apetece estar en la calle, en una buena terraza aprovechando al máximo todas las horas de luz que hay a estas alturas del año. “Aquí vienen las familias, cogen sitio, los niños están jugando sin peligro alguno por la zona y ellos disfrutan de nuestra amplia barra de pinchos”. Es la apuesta de Diego Pastor para los fines de semana.
Presenta un total de 14 propuestas diferentes, y elabora algo más de cuatrocientos pinchos, que se van acompañando con un vino, una cerveza o un refresco. “La gente se lo pasa genial, porque este barrio para hacer una ronda de bar en bar y también para quedarse aquí y que vayan pasando las horas de pincho en pincho”, resume.
El Shambhala de Diego lleva abierto un año y medio, tiempo suficiente para contar con la confianza de los clientes, que “ya saben que el viernes a última hora tenemos un juego de lo más divertido”. Diego reparte cartones para hacer un bingo popular justo antes del cierre del local. “Con la línea se gana una botella de vino, con el bingo, una paleta de jamón”.
