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La UD Logroñés encara el último paso hacia el ascenso

La plantilla espera su embarque a Málaga en el aeropuerto de Bilbao. / UD Logroñés

La temporada toca a su fin. Al curso se le ve ya la última página. Las notas se entregarán en 180 minutos, con la opción real de una prórroga y también penaltis al enfrentarse en esta ronda final dos terceros clasificados en sus respectivos grupos. El proyecto de Carlos Lasheras con Diego Martínez al frente del primer equipo afronta el examen final. Y la sensación, por los objetivos marcados a principio de temporada, es que esto va de ascenso y sobresaliente… o suspenso, porque la entidad necesita recuperar la Primera Federación a las primeras de cambio.

Al menos es la sensación de puertas para fuera. Dentro, la plantilla sabe que ha trabajado intensamente durante todo el campeonato para lograr el ascenso. Luego, el fútbol, la competición, los pequeños detalles pueden marcar la frontera entre el éxito y el fracaso.

FOTO: Fernando Díaz/ Riojapress.

Los datos de este equipo, que es lo único objetivo que hay en este deporte, son sobresalientes. 71 puntos. 70 goles a favor. Tan solo 17 en contra. Ha sido el equipo más goleador del Grupo 2, el menos goleado, y sin embargo no le ha dado, pese a sumar tan solo tres derrotas en toda la temporada y estar invicto en Las Gaunas, para ser líder y haber celebrado ya el ascenso. El Bilbao Athletic y el Barakaldo mejoraron el rendimiento de la UD Logroñés que ahora descansa en Marbella para afrontar la ida de la final. Y en una final, cualquier cosa puede pasar. Y de una final dependerá la nota concreta de un curso que el club ha transitado con acierto.

Se ha repetido en muchas ocasiones, porque lo han comentado los principales responsables de la entidad riojana. Lo dijo Juanjo Guerreros, vicepresidente del club, también Carlos Lasheras, director deportivo. Faltó humildad para afrontar el descenso de Segunda División. Y de golpe y porrazo, la entidad se ha visto con el agua al cuello en el área deportiva.

Así que se ha pegado un intenso y hasta reparador paseo por el lodo, que debería tocar a su fin. Se ha curtido en peleas de las que parecía se había alejado definitivamente. Disputar la pelota en San Juan tiene su aquel, como hacerlo en Sarriguren, Barbastro o Mutilnova.

Le han vuelto a salir callos en las manos y arrugas en la cara. Pero también ha sonreído. Ha sonreído bastante, porque esta plantilla se lo ha pasado bien, se lo ha pasado francamente bien. El primero de ellos, Iñaki, que ha vuelto a sonreír. Ha disfrutado sobre el terreno de juego. Tras desfondarse en Segunda División para ser el mejor lateral izquierdo del torneo, el capitán ha vivido en sus propias carnes la crisis deportiva que ha experimentado el club. Triste el capitán, sin un espacio confortable en el vestuario, el equipo ha perdido el paso, porque se metió de rebote en un playoff de ascenso a Segunda y un año más tarde pasó todo lo malo que podía pasar y se firmó un descenso más que justo.

Iñaki, ahora lesionado, sonríe incluso lesionado. Es el líder indiscutible y actúa como tal, gracias también al respeto dado de sus compañeros. Cierto es que el capitán se muerde el pecho por no poder estar en Guijuelo, ni tampoco por no poder jugar este domingo en Marbella, en donde celebró el mayor éxito en la historia de este club gracias en parte a su convencimiento. A que un día verbalizó que este club podía alcanzar el fútbol profesional.

Es la hora de los hechos, y con el capitán fuera del terreno de juego, otros están dando un paso al frente. Y así deberá ser de nuevo en estos 180 minutos decisivos. Kike Royo disfruta en su casa, con su gente en la grada. Ha captado perfectamente el sentir de este club, fuera y dentro, y lo defiende con manos y pies como las del pasado domingo cuando más lo necesitaba el equipo tras quedarse con diez en el primer minuto de encuentro. Andoni Ugarte, que está haciendo un playoff sencillamente perfecto. Como Urtzi, que fichó por la UD Logroñés para sentirse jugador de fútbol ante las 7.000 personas del pasado domingo. Es algo que él nunca ha tenido, y que ahora está viviendo. Se lo ha ganado.

Veteranos comprometidos con la causa. No resulta sencillo contar con futbolistas honestos. Y Lasheras ha vuelto a acertar. Yasin Iribarren, Monreal, Sarriegi, Seguin, Cobo… Es muy importante que esta gente sienta la necesidad de impulsar a Logroño de nuevo hasta la Primera Federación. Y para eso se requiere de gente astuta. Alex Arias, Goti, Yurrebaso y Madrazo están disfrutando de lo lindo. Cada día es un premio para estos jugadores que han tragado barro a cucharadas. Quieren ganarse uno de esos ascensos que cuesta sacar adelante pero que en caso de conseguirlo les deparará un instante deportivo irrepetible gracias al respaldo social de la UD Logroñés.

Un equipo con jóvenes que no se dejan nada porque su carrera está en desarrollo, y un ascenso luce siempre mucho. Daza es un trabajador incansable además de un gran portero, Miki Codina ha derribado cualquier límite que parecía tener hasta esta temporada, a Enzo Fachin solo le ha frenado la pubalgia y es capaz de hacer cualquier cosa con tal de levantar, como buen uruguayo, a todo un estadio. Unai García tiene que ser determinante como lo lleva siendo en el último trimestre del campeonato, en ese lugar que ocupan los jugadores que están a punto de explotar.

Y con gente de la casa. Esa que sabe mantener el tipo en los malos momentos. Titi, Jony, Diego Martínez, Arturo… Estos se juegan mucho en estos 180 minutos que les vienen por delante. Esto es una parte muy suya, así lo sienten, y así lo verbalizan. Han dado relato a una temporada por el lodo que el club ha asumido con responsabilidad, honestidad y capacidad de regeneración gracias al regreso de gente en el peor momento deportivo, para echar un cable, para ayudar.

180 minutos. Un último paso, el más complicado, el que separa a una buena plantilla de pasar a la historia de un club empeñado en ser de lo más variopinto.

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