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Gol en Las Gaunas: ‘Transfusión para una nueva generación’

Diego Martínez agita a los aficionados en su entrada a Las Gaunas.

Transfusión para ir superando ese tatuaje mental que descansa plácidamente en el recuerdo una generación empeñada en hacerse trampas al solitario, en términos futbolísticos. ‘UD’. ‘SD’. Así, a secas. Patada a quince años de trabajo e ilusiones. Existe una generación a la que le cuesta, incluso, verbalizar un nombre que es solo eso, una denominación, para nada santificada. Logroñés. Sí, Logroñés. Cada uno el que quiera. UD, SD, CD, CF, ZZ o Petazeta Logroñés. Y mientras tanto, siete mil personas, pasando por caja (15 euros), para ver un partido contra el Guijuelo. Sí, una semifinal por el ascenso para salir… de la Segunda Federación, es decir, de la cuarta categoría del fútbol español.

Pero claro, para observar la verdadera dimensión de cómo respira y siente una nueva generación que ya se ha incorporado sin complejo alguno hasta al fútbol riojano, hay que acudir, en primer lugar, a Las Gaunas. Y en caso de hacerlo, conviene dejar en casa discursos interesados que destacan, desde el mayor de los errores, la presencia, dicen, de oportunistas o curiosos que solo van a ese partido por entregarle al club -por el que supuestamente no sienten pasión alguna- 15 euros. Cuñadismo de manual. Nostalgia rancia paralizante. Cualquier tiempo pasado no fue mejor, tan solo diferente.

Se debe advertir que la UD Logroñés está tratando de conseguir una categoría que tenía hasta el curso pasado; está intentando recuperar la Primera Federación, donde hasta este próximo fin de semana compite otro club de Logroño, la SD Logroñés, que finalmente ha perdido la categoría. Y si de algo ha servido esta temporada -todas sirven para ir encajando las piezas- ha sido para observar la mayor de las verdades dentro del fútbol riojano. Conviene decirlo de vez en cuando para ir derribando el telón de acero que supone todavía hablar de los apoyos que tienen unos y otros. Resulta evidente que la gente que quiere ver fútbol riojano no va al estadio solo por la división en la que juegan los equipos de la ciudad. Eso no ha pasado. La fidelidad de los seguidores contrasta con las previsiones de los opinadores y algunos ejecutivos.

La mayoría de los que van al estadio lo hace porque se decantó tiempo atrás. Y hay un ganador. La UD Logroñés, con sus altibajos, con sus buenos y malos momentos, ha logrado fidelizar a una afición que siempre está cuando se le requiere. Algo más de 7.000 personas -con más de 3.800 socios- pagaron su entrada el pasado domingo. De momento, sin duda, la noticia futbolística de la temporada. De ahí todas las portadas.

Es un acontecimiento reseñable, con su vertiente sociológica, atendiendo a las cifras. El Numancia -un histórico, por cierto, el pata negra, el de verdad, el irrepetible…-, con entradas gratuitas, no alcanzó los datos que logró el pasado domingo la afición de la UD Logroñés en Las Gaunas, un estadio que fue testigo 24 horas antes de un partido de Primera Federación al que prácticamente no acudió gente. La afición de la UD Logroñés trasciende las divisiones, y su categoría supera buenos y malos momentos deportivos. Principal conclusión de esta primera temporada por el fango.

Pocos, muchos, mayoría, minoría… aficionados, al fin de cuentas, que van al fútbol. UD Logroñés y SD Logroñés. Los que usan solo el ‘UD’ o el ‘SD’ son los mismos de la fusión, los mismos del iré cuando haya un solo club, los mismos, claro, del cuando lleguen en Primera… Esos oportunistas viven anclados en un tiempo que ya pasó. Mientras tanto, una nueva generación está empeñada en experimentar la emoción que sus padres o abuelos les transmitieron hace tiempo gracias al abuelito Logroñés. Como el pasado domingo en Las Gaunas.

Emociones vividas el pasado domingo que se verbalizan los que saben de esto. Mensajes que agitan conciencias, que apuntan a profundos cambios generacionales, a los que se unirán los dispuestos a asumir con naturalidad que son del equipo de su ciudad y que lo hacen con orgullo. Un tuit, el tuit: ‘Cuando Las Gaunas juega… Las Gaunas gana… Lo aprendí desde bien pequeño. A por la siguiente. JUNTOS. Gracias afición’. Diego Martínez Ruiz, a la sazón, entrenador de ese Logroñés de al menos 7.000 riojanos.

Estamos viviendo una transfusión de conocimiento. Es lo que recibió, seguro, de pequeño, Diego, cuando le llevaban a Las Gaunas. Como a mí, como a ti. Junto a tu abuelo, al lado de tu padre. Un conocimiento que recibirán, se encargará Diego, sus dos hijas. Conocedor de lo que ha sido y puede ser el fútbol riojano, el técnico de la UD Logroñés traslada, sin medias tintas ni complejos, un profundo sentimiento de pertenencia a un proyecto colectivo que recibe una nueva generación que ha estado huérfana de este sentir deportivo de alto voltaje. Responsabilidad que debe caer en la gente de aquí, los que se quedan cuando todo sale mal y no llegan los resultados. El resto vuela hasta espacios más equidistantes. Es una profesión más que un sentimiento.

Una generación, veinteañeros y treintañeros, que ha nacido en la orfandad deportiva más absoluta. Jóvenes que no puderon vivir, en 2020, el mejor momento futbolístico de La Rioja en las dos últimas décadas. Tuvieron que aplaudirles desde un balcón. Y para colmo, es una generación que ha tenido que convivir con todos esos ‘señoros’ que les cuentan, aunque ya nadie les pregunte, no sé qué historias de un club que estuvo en Primera pero que ellos mismos se dejaron morir sin dar excesivas explicaciones ni tampoco depurar o pedir al menos responsabilidades.

Los mismos que ahora les dicen que no conviene ser de ninguno no vaya a ser que se decanten por la pastilla roja. “UD y SD”, dicen. Molesta vuestra equidistancia e incapacidad para observar que aquel tiempo ya pasó, y que bien entrado el siglo XXI va siendo hora de ir cerrando algún que otro capítulo porque tampoco hubo grandes manifestaciones mientras el Logroñés, ese Logroñés que tanto añoran, se desangraba de tantas cuchilladas que le metieron.

Es una transfusión segura, del mismo grupo sanguíneo. De Sergio Rodríguez a Diego Martínez. Jóvenes del fútbol riojano que, tanto el primero, antes, como el segundo, ahora, han decidido agarrar el asunto del fútbol riojano para enderezarlo hasta donde sea posible. Y lo hacen porque cuentan con un tesoro, con el mayor de los bienes, con una riqueza incalculable. Una nueva generación está dispuesta a volver a Las Gaunas. Así que son los nietos (ya adultos) los que parecen estar llevando a sus abuelos de vuelta al fútbol. La UD Logroñés cuenta con la confianza de la gente. Y el mensaje está calando. Primero fue Sergio, y ahora es Diego, personas que conocen el fútbol riojano, dos personas que no se permitirían el lujo de llamar a unos UD ni a los otros SD. Personas sin complejos que abren una senda en su propia casa, cueste lo cueste, pese a quien le pese.

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