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Cadarso afronta su partido más difícil en una década, la despedida de «su» Logroño

Cuando este sábado el Logroño La Rioja concluya su partido de la Liga Asobal en Logroño su plantilla se despedirá de sus aficionados, pero entre todos los jugadores un adios será más especial, el de Eduardo Cadarso, que pondrá fin a una década en el club de su ciudad.

Eduardo Cadarso (Logroño. 1999) destacó en el Calasancio en categorías inferiores y llegó a ser internacional júnior antes de incorporarse en 2015 al Ciudad de Logroño, primero para entrenar y durante nueve temporadas con presencia en el primer equipo, del que es capitán.

Pero como tantos otros jugadores que destacan en la liga española ha recibido la llamada de un equipo de fuera y no ha podido rechazar la oferta, incomparable con las que «mueve» el balonmano español; jugará las dos próximas temporadas en el Chartres Metropole de Francia junto al internacional español Adriá Figueras.

Era el momento de emprender otro proyecto, por edad, por progresar en diferentes aspectos y por marcarse nuevos retos. Así resume el central riojano los motivos que le llevaron a aceptar esta oferta en lugar de mantenerse en el club de su vida.

Deja el Logroño tras una campaña en la que ha recuperado sensaciones (71 goles en 28 partidos) después de superar algunas lesiones, la más grave la rotura del tendón rotuliano de la rodilla derecha; y asume que mañana vivirá «una mezcla de sensaciones, de alegría por lo que he pasado aquí y de tristeza por irme» pero «era el momento de tomar esta decisión».

«En Logroño tengo mi familia y mi vida, y además estaba asentado en el equipo, lo tengo todo», asume «pero en el plano profesional hay que ver qué opciones había para seguir creciendo, y por eso llegó esta decisión» porque «quiero mejorar».

Pero no solo es algo relacionado con el Logroño, explica, sino que considera que la Liga Asobal «está bien en lo deportivo, pero en otros aspectos, como su visibilidad o sus condiciones económicas, otras ligas nos superan claramente» algo que «da un poco de pena», reconoce. Por eso quería «vivir otra experiencia» y sobre todo «vivir de mi trabajo, con una buena recompensa por él», explica.

Su familia conoció su decisión «con pena, por la distancia» pero «estaban al corriente de mis expectativas y por una parte se alegran, porque me ven subir escalones, saben que llevaba persiguiendo esto desde hace tiempo». Y también cree que la opinión desde su club, que ha sido su familia una década, es la misma «y se alegran» aunque «no sea fácil para ellos» (su salida) «como no lo es para mí».

Un paso adelante en muchos aspectos

«Lo veo como un paso adelante en todos los sentidos, voy a una de las mejores ligas de balonmano del mundo, en el que están los mejores jugadores y voy a ver a qué nivel estoy en ese entorno» y porque «eso me puede hacer evolucionar más como jugador, porque quiero llegar al listón más alto que me pongan», recalca el jugador riojano, que deja la Asobal tras marcar 370 goles en 187 partidos (a falta de dos de esta campaña). Como riojano, recalca, siempre va a tener un sitio en su corazón para el Logroño «y siempre voy a estar pendiente de sus resultados, porque encima aquí se queda mi heramno» y «obviamente siempre le voy a desar lo mejor «.

«Confío en que el Logroño va a seguir como en los últimos años, en los que se ha marchado mucha gente, como ahora me toca a mí pero hemos seguido peleando por la parte alta de la Liga y la Copa», explica «y eso es lo que me llevo en el recuerdo, los grandes partidos que he vivido en mi casa», concluye Eduardo Cadarso.

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