Está bien que los vecinos de Logroño reivindiquen lo que sucede en esta ciudad, pero va a resultar que únicamente suceden desde que gobierna esta corporación. Los motivos detrás de este movimiento vecinal “apolítico” del Casco Antiguo y las denuncias sobre algunas incidencias en la calles de la capital riojana son tapar las vergüenzas realizadas por el anterior equipo de Gobierno de las que hemos sido testigos durante cuatro años.
Ahora resulta que no se hacían despedidas de soltería, ni existían los bares por la zona antigua, ni la gente depositaba basura cuando le viene en gana y mejor le parece, hasta ayer.
He tenido que soportar la suciedad, la incompetencia, el maltrato al ciudadano y a sus calles por parte de un alcalde y sus socios tan radicales como ineptos a la hora de solucionar cualquier tipo de problema, en una mayor medida de lo que está sucediendo ahora. Logroño sufrió la peor gestión municipal después de la del olvidable alcalde Tomás Santos.
PD. Las bicicletas municipales ya daban pena desde la anterior gestión del ínclito señor Antoñanzas. Lo sé porque no tuve la ocasión de recogerlas tiradas en varias puntos de esta ciudad y tratar de dejarlas en sitios para que fueran recogidas.
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