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La CHE valora el esfuerzo colectivo en un año hidrológico de dura sequía

FOTO: EFE/ Fernando Díaz.

El año hidrológico 2022-2023 en la cuenca de Ebro se ha caracterizado por una dura sequía, con precipitaciones un 12 por ciento inferiores a la media que se suman a un año previo también escaso en lluvias, por lo que han sido necesario hacer un esfuerzo colectivo que la Confederación Hidrográfica ha reconocido en su informe del año.

Especialmente ha reconocido el esfuerzo realizado por los usuarios del regadío, que en muchos casos han sufrido pérdidas económicas significativas en sus explotaciones, informa el organismo de cuenca en una nota de prensa.

El año hidrológico ha tenido otros aspectos destacados que sentarán las bases para una gestión más sostenible del agua de la cuenca, como la aprobación en febrero de 2023 del Plan hidrológico de la cuenca para el tercer ciclo de planificación hidrológica (2022-2027), que recoge importantes elementos de gestión del agua teniendo en cuenta la disminución del recurso debido al cambio climático.

También se aprobó en enero de 2023 el nuevo Plan de gestión de riesgos de inundación del ciclo 2022-2027. Además, se ha avanzado en la actualización del plan de gestión de las sequías de 2018. Desde el punto de vista ambiental, destacan la implantación de los caudales ecológicos en todas las masas de agua fluviales de la cuenca, con un total de 687 puntos.

Para su control se ha establecido una red a partir de 190 estaciones de aforo en tiempo continuo del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) que se van evaluando mensualmente. En grado de cumplimiento de estos caudales ecológicos se encuentra entre el 80-90 %, lo que son, según la CHE, valores aceptables teniendo en cuenta la situación de sequía sufrida este año.

La CHE destaca también el nuevo compromiso en la lucha contra la contaminación por nitratos en las aguas de la cuenca. En diciembre de 2022 se presentó en la Junta de Gobierno de la Confederación la nueva estrategia, denominada NITRACHE, en la que se recogen varias acciones, como la limitación a las nuevas concesiones de agua para uso ganadero en las zonas con más sobrecarga de nitratos y que supone el 12 por ciento de la superficie de la cuenca del Ebro.

Con esta limitación se persigue contribuir a frenar el incremento progresivo de nitratos que se está sufriendo en la cuenca.

En este año hidrológico, la cuenca ha sufrido crecidas en cauces menores debido a las tormentas, lluvia intensas y DANAS, provocando daños en comunidades autónomas como La Rioja, Aragón y Cataluña, en la parte de Tarragona.

Para la CHE, ha sido año hidrológico muy intenso en el que la sequía ha puesto a prueba la gobernanza del agua de la sociedad y en el que la gestión ordenada y estructurada, regida por el principio de gestión por unidad de cuenca, sigue dando “unos resultados satisfactorios”.

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