Desde Izquierda Unida de La Rioja han mostrado su apoyo y solidaridad con todas las mujeres de Cervera de Rio Alhama que, a pesar de las actitudes cavernarias de algunas personas, siguen luchando desde hace diez años para poder participar en condiciones de igualdad en los festejos tradicionales de su localidad. Concretamente, en la tradicional danza de La Gaita.
“Es intolerable que, amparándose en la tradición, como si esta estuviese por encima de las leyes, la Constitución y los Derechos Humanos, siga habiendo personas o asociaciones que pretendan prohibir la participación en los bailes y celebraciones populares a las cerveranas. Tradición, además, que ellos mismos no aplican pues, según esta, deben ser hombres “vírgenes y solteros” quienes participen de este baile. ¿A alguien se le ocurre que los miembros de la cofradía preguntasen a los jóvenes sobre su celibato en 2023?. Es totalmente impensable, principalmente porque no quedaría ningún joven para bailar La Gaita.
Además, han añadido que “si ya de por sí es grave esta situación que se viene dando hasta ahora, más aún lo es el comunicado que ha aparecido en la hoja parroquial, firmado por la propia parroquia y la Cofradía de San Gil. Un alegato machista, que rezuma odio contra las mujeres, el feminismo, la igualdad y la izquierda; en un galimatías ultraderechista impropio de una sociedad avanzada, democrática e inclusiva”.
Por ello, desde Izquierda Unida de La Rioja van a llevar a cabo iniciativas diversas en el Parlamento encaminadas a solucionar esta “intolerable situación. El Gobierno de La Rioja es el responsable de velar por la igualdad y la no discriminación entre los riojanos y las riojanas. Por ello, apelaremos al cumplimiento íntegro de la recientemente aprobada Ley 7/2023, de 20 de abril, de igualdad efectiva de mujeres y hombres de La Rioja, especialmente en lo referente a la participación social de las mujeres”.
Por otro lado, han exigido también a la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño que tome medidas para evitar “este tipo de conductas reaccionarias entre sus párrocos, propias de otros tiempos, y que van en contra de la nueva imagen que la Iglesia Católica pretende dar”.
