El Rioja

Nuevas caras que alientan vinos excepcionales

Víctor Rubio mira al cielo. Negro como el tizón. La tormenta se va alejando hacia tierras navarras sin haber dejado una sola gota a su paso por Aldeanueva de Ebro. “Otra vez”. El joven ansía la lluvia mientras revolotea por una bodega hecha a imagen y semejanza de la familia. Toques de modernidad y recuerdos del pasado más cercano que han hecho de ellos amantes fieles a unos vinos y unos terruños que miman con esmero desde que el sol asoma por el horizonte.

El hijo de Javier y Mari Luz va poco a poco cogiendo mando en bodega. La vida la cuenta en vendimias y echa la vista atrás para confirmar que ya son tres las que lleva trabajando en la bodega familiar. Ese niño curioso que jugueteaba entre cubas, jaulones y tractores, ahora se ha convertido en la savia nueva de un proyecto en el que toda la familia está involucrada. Parece serio pero su gesto se convierte en sonrisa cuando habla de vinos.

Bodegas Real Rubio. Riojapress/Fernando Díaz

Disfruta como pocos charlando de campo, enología, variedades, procesos, aromas. Se le iluminan los ojos cuando nombra a El Tordillo, la joya de la corona familiar. Un viñedo singular a los pies de Yerga en el que la garnacha que allí se va atemperando saca 1800 botellas de un vino de altísima calidad, y que este año estrena las uvas que se recogieron en 2020.

En la finca crecen las catorce variedades admitidas por la Denominación de Origen. Nueve en blanco, cinco en tinto. “En el mismo terreno, en la misma altitud, podemos comprobar como se comporta cada una de las variedades y después, en cada añada, se seleccionan las que más interesan para crear la línea de vinos y los nuevos proyectos. Un lugar mágico en el que las viñas de las diferentes variedades se dan la mano para crear un paraje digno de visitar en el que se guardan los secretos más escondidos del vino de Rioja”.

Y es que Víctor es un enamorado de la garnacha. “Es la que más representa la expresión de los vinos de esta zona”. Su versatilidad y su facilidad para atraer cualquier paladar le siguen sorprendiendo. Todo el campo en una sola copa.

Riojapress/Fernando Díaz

Y es que es allí, a los pies del monte que reina en Rioja Oriental, donde todo tiene sentido. Su apuesta en los últimos años pasa por darle más importancia al cultivo ecológico. Por eso están participando en el proyecto Dionisio, de Bayer. Rapaces y murciélagos contra roedores. Anfibios contra mosquitos. Abejas polinizadoras para alimentar la riqueza de la flora de la zona y atraer a más aves… “La intención es respetar al máximo la biodiversidad de la zona con setos arbustivos, colmenas, hoteles de insectos, una charca para los anfibios. “Cuidar al máximo el entorno para seguir recibiendo de ella todo lo que nos va ofreciendo cada año”.

De ahí directo a las variedades y a empezar a jugar con ellas para conseguir que los vinos expresen todo lo que Víctor lleva dentro. Orgulloso del trabajo realizado y del resultado obtenido nos enseña su primera creación. Un blanco ecológico fermentado en barrica. GTM-125 es sublime. “La base es el viñedo, de ahí el nombre”, explica al presentar el primero de sus vinos. Con la base de garnacha, maturana y tempranillo y las cifras de los viñedos donde todo empieza, el nombre lo dice todo: el campo es el origen. “La idea es irlo convirtiendo poco a poco en un vino ecológico, prácticamente ya lo es”.

Riojapress/Fernando Díaz

Y mientras, las cosas van cambiando en Viñedos Real Rubio. Por estas fechas se reinjerta una viñas de verdejo para convertirlas en maturanas. Volver a las raíces, intentarlo con variedades propias de la zona, darse un retrogusto en seguir ofreciendo lo mejor en cada copa que se abre. Además se van proyectando nuevas zonas en las que seguir creciendo. Cada vez más cerca de Yerga. “Es una zona a 670 metros, de secano, cada vez vamos a tener que ir más hacia esa zona porque el cambio climático nos empuja a ello”, asegura.

Y entre novedad y novedad en poco tiempo degollará un vino que ya lleva fermentando en botella y que se convertirá en un espumoso de cara a esta Navidad. Un espumoso con el que celebrar la vida, la apuesta por los sentimientos, los terruños, las variedades y por las nuevas caras que dan vida a Rioja.

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