El Rioja

La singularidad de Ollauri en manos de Beronia

Matías Calleja, director técnico de Bodegas Beronia. | Fotos: Fernando Díaz / Riojapress

En los orígenes de Bodegas Beronia, en la década de los 70, sus precursores tuvieron claro que lo principal era tener un buen ‘txoko’ o sociedad gastronómica para reunir a los amigos. Luego ya vendría la sala de elaboración y demás. Pero lo primero era tener un lugar donde juntar y brindar por el buen comer. Ambas cosas las han logrado y ahora, de la mano del grupo González Byass, han situado los vinos que comenzaron haciendo un grupo de amigos en una casa de Ollauri en los mercados nacionales e internacionales.

Algunas de esas obras se acercaron este miércoles al centro de la capital riojana para servir el paisaje de Rioja Alta. Fue Matías Calleja, el director técnico de la bodega, quien encumbró los vinos de la firma en la cuarta y última cita del III Ciclo de Catas Underground organizado por NueveCuatroUno y Calado by Criteria de la mano de Argraf, Cartonajes Santorroman, Cork Supply, Ramondin y Tonelería Magreñán como patrocinadores.

Con el control de más de 1.000 hectáreas de viñedo, Calleja incidió en la importancia de sus proveedores de uva, algunos con una relación comercial de mas de 40 años, “a quienes se les exige, pero también se les paga por ello”. Buena cuenta de ese esfuerzo a pie de viña da III a.C. 2019, uno de los vinos “distinguidos” de la bodega con apenas 4.000 o 5.000 botellas anuales. Una botella que guarda los aromas de las tres viñas más viejas de la bodega, ubicadas a orillas del Ebro entre Gimileo y Briones.

“Esto es néctar. Es el vino más fácil de elaborar porque basta con cuidar bien la viña durante todo el año, coger las uvas con cuidado y tratar de no estropearlas en bodega. Luego el vino se hace solo”, destacaba el enólogo. Pocos meses de barrica antes de estabilizarse en fudres y listo para disfrutar, porque aquí lo importante es la tierra.

Cata de Beronia en el Calado, Fernando Díaz / Riojapress

El encuentro en el Calado también dejó frescor de la mano de Alegra de Beronia 2022, un rosado pálido y “atractivo” gracias a esa garnacha del Najerilla. Un manjar que triunfa entre el público a pesar de las dificultades de su elaboración a la hora de hacer la crianza sobre lías. Todo lo opuesto al Viñas Viejas 2019, donde la madera fue la reina en la copa gracias a esa barrica mixta: duelas de roble americano y fondos de roble francés. Nació con el 40 aniversario de la bodega y ahí continúa llenando de potencia los paladares con un tempranillo que tiñe de negro las copas.

Calleja fue paseando mesa a mesa, asistente a asistente, para conocer en primera persona esas impresiones, algunas de expertos en la materia y otras de no tan expertos, pero todas interesantes porque al fin de cuentas es ese público quien hace posible Beronia. “Aquí tenéis un vino bueno ahora, que prácticamente es un chiquillo, y dentro de 70 años”, aseguraba el director técnico con el Gran Reserva 2015 recién servido. Mucha fruta y un toque de tanicidad aportado por el mazuelo, “la uva perfecta para lograr un vino infinito”.

Pero lo mejor estaba por venir. La sorpresa de la velada llegó con el Vareia de Beronia. Su primer vino de Viñedo Singular. Su primer vino que mejor refleja la identidad de un terruño. Irrumpió con las cuatro copas usadas, así que tocaba envinar el Viñas Viejas, bajo recomendación de Calleja, y disfrutar de un último servicio. “Esto es otra cosa”, se escuchaba entre los asistentes. “Totalmente diferente a los dos primeros tintos que tenían la madera más presente”, valoraban acerca del último vino de Beronia sacado al mercado hace poco más de un mes.

En ese momento lo que abundaba era la elegancia y la fruta marcada gracias a ese empleo de fudres para mantener las características del viñedo. Unas copas con aroma a tierras de Ollauri con más de 70 años de historia que se alzaron en un brindis final para despedir este tercer Ciclo de Catas Underground. Las imágenes de la jornada, aquí.

Subir