El Rioja

Isaac Muga: «Origen, aprendizaje y selección son nuestros pilares»

Desde los Montes Obarenses, pasando por el Alto Najerilla y llegando hasta el Valle del Oja. Un escenario en el corazón de Rioja Alta donde una de las históricas firmas del Barrio de la Estación de Haro dibuja un mapa con los viñedos más selectos y heterogéneos de la zona para ensalzar un patrimonio y una tradición familiar.

Bodegas Muga continúa con el III Ciclo de Catas Underground organizado por NueveCuatroUno y Calado by Criteria de la mano de Argraf, Cartonajes Santorroman, Cork Supply, Ramondin y Tonelería Magreñan como patrocinadores. Isaac Muga se subirá al escenario para presentar algunas de las referencias de la bodega jarrera: Flor de Muga Rosado 2021, Flor de Muga Blanco 2019, Muga Crianza 2019 y Muga Reserva Selección Especial 2019.

– Cuatro vinos para dibujar un recorrido completo por la esencia de la bodega . ¿Por qué esta selección?

– Porque son vinos en los que se refleja la mezcla de la tradición, más representada en el crianza, con la modernidad, más presente en los otros tres, que han permitido diferenciar a Muga de su competencia en Rioja. Todos ellos son vinos que reflejan a la perfección la esencia de Muga y que se define a través del perfil de los enólogos que trabajamos aquí porque nuestros pilares se consolidan entre la defensa del origen, el aprendizaje y la selección.

– Con el rosado y el blanco volvéis a los orígenes de la familia, pero aportando un mayor esfuerzo en la selección de las parcelas y variedades.

– En el caso del rosado fue nuestro abuelo quien se hizo famoso en su época por hacer este tipo de vinos con uvas procedentes de la zona del Najerilla, pero nosotros hemos llevado a cabo un importante trabajo de selección de los viñedos y de desarrollo para mejorar la calidad. Y en el caso del blanco, Muga siempre ha tenido un blanco fermentado en barrica cuya elaboración llegó a través de nuestra abuela recordando aquellos vinos que hacía su padre. Vinos que nunca se comercializaron, sino que se elaboraban para consumo de los propietarios de la bodega donde trabajaba y que fueron todo un éxito. Además, Muga también apostó por los blancos reservas en una época en la que a estos vinos no se les daba importancia porque no era su momento.

– Pero ahora sí lo es. ¿Cómo ha cambiado Muga aquellos blancos históricos de la familia a sus blancos actuales?

– Nos hemos encargado de fomentar la recuperación del método de elaboración de los blancos fermentados en barrica, pero con los blancos reservas también nos hemos quitado esa espinita. En la bodega solo ha habido dos blancos reserva, uno en 1973 y otro en 1988, así que hemos vuelto a esta gama con el Flor de Muga Blanco Reserva de la mano de un ensamblaje más completo de variedades riojanas como la viura, la maturana blanca y la garnacha blanca y con una calidad de madera muy buena llegada desde bosques franceses. Así que mantenemos los orígenes de la familia pero con el cuidado y dedicación de ahora.

– El buque insignia de la casa se lo lleva el crianza. ¿Cómo ha logrado hacerse ese hueco en el mercado?

– Elaboramos en torno a un millón de botellas y está claro que es el vino por excelencia de Muga, el más reconocido y comercializado de la bodega. Pero a su vez es un vino extremadamente difícil de hacer para ese volumen y calidad, eso es lo que marca la diferencia. Tiene un ensamblaje mayoritariamente de tempranillo pero con un 25 por ciento de garnacha y toques de graciano y mazuelo. Estas dos últimas variedades son las que determinan mucho el resultado final del vino aunque sea con pequeñas proporciones.

– ¿Y en qué se diferencia con el Selección Especial?

– Antes la principal distinción que existía entre el crianza y el reserva de Muga era el tiempo en barrica y botella. Pero nos dimos cuenta que al reserva le falta algo especial y en 1994 comenzamos a hacer una selección de parcelas mucho mayor, elaborar por separado y trabajar con más porcentaje de madera nueva. Algo que aprendimos de nuestro vino Torre Muga que tiene una filosofía de elaboración muy clara. Eso nos permitió ver el potencial que teníamos para mejorar el reserva y alcanzar el equilibrio y crear así un reserva que tiene muy pocos competidores en Rioja en relación calidad-precio.

– ¿Cuál de todas las referencias muestra mayor innovación o desarrollo?

– Los dos Flor de Muga esconden un gran trabajo de selección, pero diría que el Reserva Selección Especial es el que más trabajo previo, más conocimiento de barricas, selección de parcelas y ensamblajes ha habido. Creo que este es un vino con mucha más complejidad y aprendizaje que el resto de vinos. Pero somos una bodega en la que nunca paramos de innovar y siempre nos preguntamos como mejorar el producto sin perder esa esencia. Porque lo que hace la tecnología es pulir esa esencia y permitir llegar a niveles de calidad mucho más altos.

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