Tras seis intensas jornadas de procesiones, la Semana Santa de Logroño (declarada como Fiesta de Interés Turístico Nacional), llega este domingo a su fin con la estación de penitencia del Resucitado como broche.
La exigente maniobra de salida desde el cementerio a las doce del mediodía (una de las pocas que se realizan en toda España), el paso sobre el Ebro a través del Puente de Piedra o el obligado saludo a los enfermos del Hospital General de La Rioja son algunos de los momentos clave de una procesión con sabor propio y que servirá para despedir la Semana Santa hasta el próximo año en la capital riojana.
