Semana Santa

Los ‘picaos’ protagonizan un Vía Crucis con el polvo como dificultad añadida

Seis “picaos” han realizado este viernes el Vía Crucis de San Vicente de la Sonsierra, en la segunda jornada en la que se repite este ancestral rito, y lo han hecho con una dificultad añadida, el polvo de los caminos que conducen al “calvario” de la localidad, azotada como tantas otras por la falta de lluvias.

El Viernes Santo vuelve a tener dos salidas de los “picaos”, que reviven esta ancestral tradición de “disciplinarse” hasta sangrar, guiados por la Cofradía de la Vera Cruz de San Vicente. Pero en esta ocasión, a diferencia de Jueves Santo, el recorrido de las procesiones es más largo y llega hasta un monte próximo, con los “picaos” como testigos de las estaciones del Vía Crucis.

EFE/ Raquel Manzanares

Un sufrimiento al que se ha añadido en esta ocasión el polvo levantado por el viento, persistente toda la mañana, y que ha dado un mayor sentimiento de sacrificio, incluso de recogimiento entre las miles de personas que han seguido la procesión, que se repetirá para conmemorar el Santo Entierro, de nuevo con disciplinantes.

Casi mil latigazos

Los “picaos” han realizado el recorrido cubiertos en todo momento con una capucha y un hábito blanco con una abertura en la espalda, en la que se golpean durante el recorrido con una madeja de algodón que pesa casi un kilogramo; en unos veinte minutos se calcula que cada uno de los “picaos” se asesta entre ochocientos y mil latigazos.

EFE/ Raquel Manzanares

Tras la “disciplina” el “práctico” que acompaña a cada disciplinante le golpea levemente tres veces cada lado la zona lumbar de su espalda, lo que le permite que brote un poco de sangre y evitar molestias posteriores.

Los cristales que contiene la “esponja” y que el práctico utiliza para el “picado” permiten que cada disciplinante reciba 12 pinchazos, que simbolizan a los 12 apóstoles, tras lo que recibe un lavado higiénico y sanitario con agua de romero para que no haya efectos sobre la punción y los hematomas producidos.

EFE/ Raquel Manzanares

EFE/ Raquel Manzanares

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