La Rioja

La lista de la compra se debilita: “Compran menos y comparan precios”

Los riojanos “compran menos y comparan precios”

Puesto de Frutas y Verduras La Ribaza, en el Mercado del Corregidor de Logroño

Los carros de carga de los transportistas esquivan con agilidad los flujos de personas que recorren los pasillos del Mercado del Corregidor con sus propios carros dispuestos a llenar. No son muy abundantes, al igual que los puestos abiertos un martes de par de mañana, pero los clientes fijos no faltan a su cita habitual. Como Marian, que va cargando bolsas de fruta y verduras en su primera parada en esta ruta alimentaria en pleno centro logroñés. Viene de fuera de la capital, así que “el carro es obligatorio porque toca dar la vuelta a todo el mercado” porque asegura que su lista de la compra no ha variado a la de hace aproximadamente un año.

“Todo cuesta más, pero yo sigo comprando lo mismo porque hay que seguir comiendo, ¿o no? Al fin y al cabo mi compra es más grande porque vengo aquí cada dos semanas y tengo que aprovechar, pero no miro más los precios por ello”, relata desde el otro lado del mostrador de Frutas y Verduras La Ribaza mientras Eva atiende su pedido. Su cuenta habitual en la frutería suele rondar los 25 euros (esta vez el ticket marca unos 18) y asegura que para controlar un poco más el bolsillo procura coger producto de temporada que tiene mejor precio.

Eva y su compañera, de Frutas y Verduras La Ribaza.

Y es que las fluctuaciones en los precios de los alimentos son continuas. Lo mismo te baja la fresa o el calabacín, “que ha pasado de 1,95 a 1,50 euros”, que te sube el pimiento rojo, aunque también depende de la temporada. Y ahora les toca el turno a las alcachofas y espárragos, mientras que el cardo ya va perdiendo fuerza.

A ojos de Eva sí han cambiado las tendencia de los clientes, que ahora acuden al Mercado con unas necesidades más a corto plazo. “Si antes venían a por cuatro o cinco kilos de patatas, ahora se llevan un kilo, por ejemplo, o compran tres tomates, un cuarto de alubia verde,… Mucha de la clientela hace compras más de diario y por cantidades, más con cuentagotas. Ya no acumulan comida en casa sino que compran lo que van a usar y cuando se les vacía la despensa vuelven al mercado, pero no por eso hemos dejado de vender más producto. Es más, tenemos mayor volumen de trabajo desde la pandemia”, recalca.

Y Eva se explica: “Como las etiquetas de los precios han subido en todos los sitios, incluidos los supermercados, aquí en el mercado pueden coger el género a demanda y llevarse tres naranjas sin necesidad de llevarse la malla entera como te obligan en el supermercado y al final la gente compara”. Aunque estos hábitos siguen estando relegados para la gente más mayor, “porque los jóvenes siguen buscando la comodidad y eso lo encuentran en el supermercado, donde llenan el carro de una vez con todo lo que necesitan”.

Armando, de Charcutería Ridruejo.

La ruta continúa, esta vez con parada en la charcutería Ridruejo. Al frente se encuentra Armando, quien en los dos últimos años ha hecho frente a cuatro subidas de precios en los productos lácteos que vende, principalmente quesos. “Y entre todas ellas los precios han podido incrementarse en torno a un 50 por ciento”. En la gama de embutidos apunta que lo que más se ha encarecido son los de corto plazo, como chorizo y salchichón, mientras que el jamón al ser un producto curado se encarece a más largo plazo. Tras las navidades, ahora afronta un periodo más tranquilo con una merma en la demanda que espera remontar de cara a la Semana Santa.

Marian, de Gourmet del Mar.

Y es que la gente llega al mercado con menos dinero en la cartera y lo invierte con más conciencia. Marian apenas lleva un mes formando parte de la familia del Mercado del Corregidor con Gourmet del Mar, pero la postura de sus clientes poco varían entre sus diferentes tiendas abiertas en Logroño. “La gente compra para diario, para pasar el día y conforme lo van necesitando, pero ya no vienen tan a menudo, así que la compra semanal ya no es tan abundante. Y sobre todo se nota que ahora miran mucho más los precios, comparando entre un establecimiento y otro, cuando antes no había tanta costumbre”, añade e indica que los precios del pescado, a nivel general, se han podido incrementar un 10 por ciento.

En pollería Resti aseguran que el poder adquisitivo de la gente ha disminuido en el último año, “¡y eso que aquí se vende una de las carnes más asequibles!”. Silvia calcula que el gasto por cliente a la semana ha podido bajar entre un 20 y 25 por ciento y nota que “la gente ya no compra con la alegría de antes y ajusta más su bolsillo”.

Samba (al frente) en la Pollería Resti.

Samba se acaba de llevar unas pechugas de pollo y carne picada por poco más de 14 euros. “Antes por lo mismo pagaba la mitad”, incide este pensionista que asegura que, aunque no sea su caso, conoce a gente mayor a la que cada vez le cuesta más hacer la compra con los alimentos básicos. “Antes por una caja de leche de seis bricks pagaba 5,60 euros y ahora está a 7,50 euros”, comenta este asiduo del Mercado.

Y como broche al paseo por el Corregidor, parada en Pastas y Alimentación Nieves para corroborar que la inflación no ha hecho mella en los gustos más golosos de los riojanos. “Por raro que parezca, aquí seguimos vendiendo lo mismo aunque esto no sean productos de primera necesidad. Se nota que las celebraciones se mantienen y que la gente tiene ganas de compartir y disfrutar aunque los precios han podido incrementarse en torno a un 20 por ciento. Hay que seguir endulzando la vida”, defiende Mireia entre risas.

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