Tal vez son la excepción que confirma la regla, pero contra todo estudio y estadística, los riojanos menores de 30 años también se independizan y, lo más llamativo, se hipotecan. ¿Firmar la compra de un piso? ¿Adquirir una casa con jardín? Sí, también lo hacen, aunque el porcentaje de riojanos de entre 16 y 29 años que logra independizarse supera apenas el 20 por ciento, según indica el Instituto Riojano de Juventud. Además, un factor a destacar es que quienes dan el paso antes de cumplir los 30 suelen hacerlo en compañía de su pareja.
Es el caso de Marina, quien se haya inmersa en los trámites de compra de su nuevo unifamiliar con jardín. Es ingeniera, tiene 28 años y lleva desde 2018 viviendo de alquiler con su pareja en Logroño. Pero los pisos nunca fueron lo suyo y tenían claro, una vez pasada la pandemia, que querían vivir en una casa, aunque se dieron de bruces con una explosión de precios para este tipo de viviendas. “Nos costó bastante encontrar algo que encajase dentro de nuestras posibilidades y de lo que buscábamos, pero tuvimos suerte porque dimos con una promoción que nos cuadraba y decidimos comenzar con ello, aunque el miedo inicial de dar el paso y atarte así durante años no te lo quita nadie”.
Eso sí, su idea principal fue buscar en la zona periférica de Logroño, en el entorno de Lardero, Navarrete y Entrena, pero aquello se revalorizó mucho con el COVID-19, por lo que probaron suerte en localidades limítrofes a la capital pero al otro lado de la muga, en Navarra y País Vasco. “Con el precio actual de las viviendas en Logroño creo que los pueblos situados en la periferia son una muy buena opción. Por el precio de un piso en una urbanización con zona verde en las afueras de Logroño encuentras unifamiliares con jardín en muchos pueblos”, asegura.
Su futura vivienda continúa en construcción, pero Marina ya está ilusionada con los preparativos sabiendo que a finales de este año tendrá su propia casa, algo que tampoco es habitual en su entorno de amistades. “Un 60 por ciento de mis amigos, más o menos, están independizados, pero la mayoría están de alquiler”, explica al tiempo que reconoce que “compartir un alquiler o una inversión entre dos personas con los precios actuales hace más viable el poder emanciparse porque si no cada día es más difícil poder hacerlo solo cuando los salarios de la mayoría de jóvenes tampoco ayudan en el proceso”. En su caso, el alquiler que paga ahora en Logroño se lleva el 40 por ciento de su sueldo y aguarda con incertidumbre cuánto le llegará a suponer la hipoteca de su nueva casa “tal y como está todo de variable hoy en día”, pero reconoce que contar con un sueldo fijo y estable es determinante a la hora de apostar por una inversión así.
Lucía ha preferido quedarse en la capital riojana. Este año cumple 26 años y por el momento vive con sus padres, pero a principios de 2022 firmó la compra de su piso en el entorno del parque San Miguel y en 2024 recibirá las llaves. Lo ha hecho también en compañía de su pareja y asegura que varias amigas también han dado este paso decisivo de compra, “aunque es un porcentaje bastante bajo”. Llevaban tiempo queriendo independizarse, pero tomaron la decisión a finales de 2021 a raíz de la pandemia. “Al final los padres ya son más mayores y vulnerables y eso no impulsó a hacerlo, pero teníamos claro que hasta la entrega de llaves no nos íbamos a meter de alquiler para ir haciendo colchón económico para cuando llegaran los gastos y también porque ahora los precios de los alquileres en Logroño están por las nubes”, apunta.
El comprar un piso de nueva construcción tampoco les supuso dudas. Opina que en cuestión de precios, la inversión a la hora de comprarte un piso nuevo o hacerte una casa es muy similar. “Incluso construir una casa diría que puede ser algo más caro y complicado por todo el tema de adquirir terreno, licencias y hablar tu con todos los gremios, mientras que con el piso es la constructora quien se encarga de todo. Bien es cierto que una casa te la puedes construir a tu gusto y medida, pero a nosotros con el piso nos han dado mucha libertad a la hora de tirar tabiques y diseñar estancias”.
Logroño era la primera opción y querían algo nuevo “por todo el tema de los sistemas de luz y agua de ahora que son más ahorrativos, por lo que en ningún momento nos planteamos comprar un piso viejo y reformarlo”. La búsqueda de la vivienda tampoco les llevó tiempo, una mirada en un par de constructoras y decisión tomada contando, por supuesto, con el apoyo de las familias. “Es una inversión importante, y mis amigas alucinaron un poco cuando se lo dije, pero en casa nos han apoyado desde el principio. Cuando buscamos piso la mayoría se encontraban en la misma horquilla de precios y es un plus que nos hayan mantenido la cifra inicial por la que firmamos la compra a pesar de la inflación actual”.
Ya ha echado cuentas y, aunque todavía no sabe el importe exacto de la hipoteca, calcula que “cerca de mil euros se van a ir entre eso y gastos, así que en los próximos años tocará ajustarse más, sobre todo en tema vacaciones u otros gastos”. Es consciente de las dificultades económicas que tiene la juventud de ahora para poder independizarse, con la mayoría de sus amigas de alquiler, pero insiste en que todo depende de la estabilidad laboral. “Yo tengo un contrato de interinidad y mi pareja es funcionaria, por lo que trabajo no nos va a faltar, pero lo difícil es encontrar esa estabilidad y eso al final te impide meterte en una inversión fuerte”.
