La Rioja

“Almeida me daba miedo, me seguía y me invitó a su casa”

Una niña declara que Almeida “me seguía y me invitó a su casa”

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

Una niña de 12 años que vive en el barrio de Lardero en el que fue asesinado y agredido sexualmente Álex, de 9 años, aseguró que el presunto criminal, Francisco Javier Almeida, le daba “miedo”, porque le seguía hasta su edificio y un día le invitó a su casa para que le ayudase a limpiar una jaula con pajaritos.

En la quinta sesión del juicio con tribunal popular que se celebra en la Audiencia Provincial de Logroño se han reproducido las grabaciones realizadas durante la instrucción a esta niña y otro amigo suyo de 12 años, quienes conocían a Almeida de verle por la zona.

FOTO: EFE/Fernando Díaz.

La menor ha explicado que Almeida la solía saludar cuando la veía por la zona y ella, por educación, le respondía; pero cuando un día le invitó a subir a su casa, le respondió que tenía que pedirle permiso a su madre y el acusado, entonces, descartó el plan.

Otras veces la seguía a ella y a otra amiga vecina suya por Lardero, por lo que las niñas optaban por entrar a su urbanización por el garaje para que el acusado no supiera dónde vivían; y también se quedaba oculto en zonas oscuras del barrio para observar a las menores.

Estas chicas y su grupo de amigos sabían el edificio en el que residía Almeida, a escasos metros de un colegio y de un parque infantil, y se solía asomar a mirarles desde la ventana de la zona común de su edificio, donde se instaló en abril de 2020, cuando estaba en libertad condicional por un asesinato y agresión sexual a una mujer en Logroño en 1998, con una condena de 30 años.

“Desde su ventana intentaba sacar fotos con su teléfono. Le pedí a una de mis amigas que le fotografiasen a él por si un día pasaba algo. Hicimos bien en sacar esa foto”, ha relatado a la psicóloga que le asistió durante su declaración.

“Cuidado con el viejo”

La tarde del 28 de octubre de 2021 vio a Almeida sentado en un banco del parque situado junto al merendero en el que cenaba Álex con su familia, por lo que esta niña, cuando se marchó a su casa con su abuela, les dijo a sus amigos que se quedaron por allí que tuvieran “cuidado con el viejo”.

La madre de esta niña le llamó sobre las 20:30 horas para contarle que había desaparecido un niño y la menor no dudó en decir que “se lo ha llevado el viejo”, como se referían a Almeida en su grupo de amigos. “Que se haga justicia”, subraya en su declaración.

En la vista también se ha reproducido la grabación del testimonio de otro chico de 12 años, uno de los amigos que se quedó en el parque y que estuvo esa tarde con Álex, a quien conocía.

A este chico, Almeida le daba “mala vibra” porque se solía sentar en el parque Entre Ríos a mirar a los niños más pequeños y a su grupo de amigos.

Como tenía “algo de miedo”, esa tarde se marchó a su casa y dejó allí al procesado sentado en uno de los bancos, pero no se fijó si Álex se quedó por la zona.

Poco después, cuando su madre le llamó para preguntarle si había visto a Álex porque había desaparecido, se acordó de la foto que le habían hecho y se la pidió a su amiga para identificar el portal en el que vivía el acusado.

Estrés postraumático y duelo permanente

Durante la vista también han declarado las dos psicólogas y el criminólogo que han realizado el informe forense sobre las repercusiones del asesinato de Álex en su familia, que han matizado que el sufrimiento moral no se puede medir, pero sí las lesiones psíquicas.

Han explicado que la madre del niño tiene estrés postraumático con sintomatología depresiva y ansiosa, por tener un duelo patológico persistente que le causa tristeza, crisis de pánico al despertar, pesadillas y falta de capacidad para disfrutar de las cosas cotidianas.

“A pesar de haber seguido un tratamiento, las secuelas de la muerte de su hijo le impiden hacer una vida normal por el duelo permanente que padece”, ha agregado una de las psicólogas, cuyo diagnóstico coincide con las terapeutas que tratan a los padres de Álex.

Según este informe, el padre sufre un cuadro totalmente distinto, ya que se encuentra en situación de bloqueo y embotamiento afectivo, no es capaz verbalizar nada relacionado con la noche de los hechos y también sufrirá secuelas permanentes.

El hermano de Álex, que tenía 7 años cuando ocurrieron los hechos, también padece estrés postraumático, se le ha privado de vivir en una familia sana, tiene lesiones psíquicas que afectaran al desarrollo de su cerebro y ha sufrido un daño moral muy grave.

El fiscal, la acusación particular -en representación de la familia del menor- y la popular -en nombre de la Asociación Clara Campoamor- piden para el acusado la pena de prisión permanente revisable por el delito de asesinato y 15 años de cárcel por el de agresión sexual; mientras que su defensa solicita la absolución.

La vista se reanudará el próximo lunes, 27 de marzo, con las declaraciones de un psiquiatra forense que examinó al acusado en Segovia, a cuya cárcel fue trasladado el 4 de noviembre de 2021 desde la de Logroño; y agentes del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil.

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